Las cosquillas suelen provocar sonrisas, risas y movimientos involuntarios. Pueden ser parte de un jugueteo y el ligue pero también como una forma de castigo. Algunas personas pueden experimentarlas en mayor o menor intensidad y suelen ser más habituales en un contexto de relaciones íntimas.

Es por eso, que el cosquilleo puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo pero es común que se de en la caja torácica, la axila y la planta del pie.

Normalmente, esta especie de juego es placentero pero también puede convertirse en bastante molesto si se hace durante mucho tiempo o si su intensidad es bastante excesiva.

En realidad, las cosquillas son una reacción de autodefensa del organismo. Por ende, las personas son incapaces de hacerse cosquillas a sí mismos. El cerebro no reacciona igual si sabe que los dedos que pinchan la planta del pie son los del mismo individuo, por tanto la respuesta sensorial cambia.

Lo que sucede es que la señal producida por los receptores táctiles de la dermis viaja hasta dos regiones cerebrales: una que procesa el tacto y la segunda que gestiona la información agradable.

Finalmente, las neuronas producen una respuesta inmediata en forma de bruscos movimientos corporales y una risa un tanto nerviosa que a la persona le cuesta controlar.

Riesgo de muerte

Puede parecer una broma que se considere a las cosquillas como una posible causa de muerte ya que no se asocia ese momento placentero con perder la vida.

Esto llega a ocurrir si las reacciones interfieren en la regulación de los músculos involuntarios que controlan la respiración. Es así porque la respuesta son espasmos e incluso asfixia.

Además, si la persona tiene una situación de estrés, producida por las cosquillas, puede resultar en un paro cardíaco. Esto solo sucede cuando dicho individuo padece de alguna dolencia del corazón.

Incluso, según la autora del libro Tortura china por cosquillas, durante la Dinastía Han esta práctica se llevaba a cabo como método de castigo para los traidores porque no dejaba marcas.

A pesar de esta abrumadora información, en la historia clínica aún no se han registrado casos de esta naturaleza ni se tiene constancia. Son padecimientos muy extraños en el mundo médico.

Si bien es cierto las cosquillas no han dejado víctimas pero sí algún que otro enfado momentáneo entre parejas, amigos o familiares.

Por eso, para aquellos que pensaron que se podrían salvar, la mala noticia es que aún quedan cosquillas para rato.