DONOSTIA. Seis agentes del cuerpo de Bomberos de Donostia acudieron ayer a una llamada de socorro que alertaba de un rescate de un perro en apuros que supuestamente nadaba con dificultades en el Urumea, y de una mujer que se había arrojado al agua para socorrerle. Al llegar, con dos vehículos, un camión escalera y un furgón acuático, la película había cambiado. La mujer que se arrojó para salvar al animal, estaba ya fuera del agua, asistida por la Guardia Municipal de Donostia y empapada, pero en buen estado; y el supuesto perro, no era tal, sino una foca que jugueteaba en el Urumea, entre el puente de hierro y la sede de la Policía Nacional.

Falsa alarma. Y justo "en un día en el que hemos tenido bastantes avisos", aseguraban en el cuerpo municipal de bomberos. Un despliegue de dos vehículos y seis agentes, media hora de servicio, desde las 13:02 que se recibió la llamada, hasta las 13.31, hora a la que el dispositivo de emergencias entraba de vuelta en el parque de bomberos de Donostia.

Los recates de animales son una de los de diferentes tipos de actuaciones que afrontan los bomberos en su día a día. "Frecuentes no son; de hecho, hacía tiempo que no teníamos llamadas de este tipo, pero en los últimos días, en la última semana, hemos tenido otro aviso de un perro que se había caído al mar en el Peine del Viento y otro de una señora que llamó para que rescatásemos a su gato de un árbol", aseguran. Al menos, la foca sabía nadar.