NO se lo esperaba, pero el queso de oveja latxa elaborado el 28 de febrero en la quesería Kortaria de Lakaroz, en Nafarroa, se llevó ayer el premio de oro en la feria guipuzcoana de Ordizia. Un emocionado Julen Arburua se vistió la txapela de ganador por segundo año consecutivo. “Pensaba que el del año pasado había sido mejor, pero este también ha gustado”, confesó entusiasmado. Un queso madurado y con sabor. Ese fue el que cautivó el paladar del exigente jurado que tuvo que seleccionar los mejores sabores entre un total de 47 piezas. El segundo premio fue para el ordiziarra Joseba Insausti, que obtuvo 8,20 puntos, quedándose a nada de poder ponerse la txapela de nuevo. El tercer premio también fue para Goierri. Ander Barandiaran, de Idiazabal, que consiguió un 8,05 completando el pódium, no sin dejar momentos de tensión ya que no aparecía. “Ni me imaginaba que pudiese ganar algún premio. Estaba en el bar disfrutando de la jornada”, reconoció. Ricardo Remiro y Mausitxa completaron la clasificación en una feria que destaca por la calidad de los productos y por el ambiente que se respira en la localidad.

Juan Mari Arzak, presidente del jurado del concurso de quesos, destacó la brillante calidad de las piezas presentadas ayer a concurso: “Parece mentira pero año tras año se superan”, confesó el chef guipuzcoano.

Como cada año, tras la entrega de premios se llevó a cabo la subasta de medio queso del ganador. La media pieza se pagó este año a precio de oro; el restaurante Beti Jai Berri de la Parte Vieja donostiarra, elevó la puja hasta los 9.000 euros. La lucha por llevárselo estuvo muy igualada hasta el final, pero finalmente fue a parar a manos de Pablo Soto. El pasado año, el congreso San Sebastián Gastronomika pagó 8.750 euros por el medio queso ganador, también elaborado por Arburua, 250 euros menos que la mitad del queso de la presente edición. “Como cocinero apoyo los productos de aquí, nuestros productos, que además son de altísima calidad. Qué menos, sabiendo que de esta manera ayudamos a nuestros pastores y que esos 9.000 euros irán destinados a la residencia de San José de Ordizia, que pujar en esta subasta”, explicó el cocinero del Beti Jai Berri. Quienes ayer se acercaron por el restaurante tuvieron la oportunidad de degustar el deseado queso. Esa, por lo menos, era la intención cuando lo compraron: “Lo degustaremos entre todos, y si alguien se acerca, también tendrá la oportunidad. En nuestro restaurante el queso es muy preciado, tanto por nosotros como por los turistas, que demandan el queso Idiazabal”, confesó Soto.

La primera subasta del queso de este tradicional concurso se celebró en 1980, cuando fue comprado por Juan Mari Arzak por la cantidad de 12.000 pesetas (72 euros), una cifra que fue en ascenso hasta alcanzar el máximo de 13.050 euros en 2014, cuando Ampo S. Cooperativa, de Idiazabal, se hizo con la puja.