ESTE joven navarro va a unir tradición, cultura, deporte y producción local en un desafío de envergadura que llevará a cabo en octubre. Prepara un reto que consiste en salir de Arrauzu con un queso elaborado por él mismo, cruzando los Pirineos hasta Isaba en una sola etapa de aproximadamente 168 kilómetros. Aritz Ganboa vive en Sakana y hace del pastoreo su modo de vida. Junto a su hermano y su primo tiene un rebaño de más de 140 ovejas y elaboran queso Idiazabal. “Solemos tener las ovejas en la sierra de Aralar en verano y el resto del año normalmente están en el valle de Sakana”, señala. El pastoreo le ata al monte y así es como se complementan sus dos pasiones, el deporte y la naturaleza.

El objetivo de esta travesía pirenaica es “poner en valor todo el patrimonio material e inmaterial que nos rodea y que voy a recorrer. Un patrimonio que está vinculado a esa forma de vivir, al pastoreo, a la agricultura, la ganadería y el mundo rural en general”, indica. Cuando llegue a Isaba intercambiará su queso por otra pieza de denominación de origen Roncal. “La hace Marina, una chica catalana que ha cogido la borda de Marengo en Belagua porque José Manuel ya se jubila. Y esta moceta que vino a hacer prácticas con él dará continuidad a la actividad de los quesos”, destaca Ganboa.

El origen del reto es sentimental. “Es que mi ama es de Isaba y mi aita de Arruazu y sus orígenes son de pastores. En Isaba de trashumantes, los que bajaban a las Bárdenas. Sin embargo hay una generación que pierde por completo esa vida rural, y nosotros la recuperamos”. Por eso, este desafío es también una forma de tender puentes con el mundo y la cultura urbana “para que entienda que antes, hoy y mañana vamos a necesitar del mundo rural”. Así que ni corto ni perezoso se le ocurrió la idea de cruzar los Pirineos con el queso “para protestar por el escaso reconocimiento hacia nuestro sector que se ha dado por amortizado en muchos aspectos”, subraya.

El proyecto se recogerá en un documental, Bideak, que plasmará diferentes vertientes. Entre ellas, la deportiva o la preparación nutricional. “Detrás del tema físico está Eugenio Torrado que me está haciendo la preparación deportiva. Él tiene la dificultad añadida de entrenar a un pastor que trabaja un montón de horas al día como yo, y que tiene que conciliar su trabajo y su entrenamiento, con la vida familiar. Todo con el objetivo de poder culminar el reto”, explica este corredor de trails, que pretende sumar a muchos participantes en el itinerario pirenaico.

Bideak también se hará eco del tema de la nutrición. “Quiero que sea también un reto para Ana Carmen Huarte como dietista. Por ejemplo a ella le propuse que solo utilizásemos como base de mi nutrición los alimentos de temporada producidos en el lugar más cercano a donde vivo. Luego, si necesito algún suplemento lo tomaré pero quiero comer exclusivamente productos locales”, comenta.

El propio recorrido es otra apuesta de calado. “También tengo a mi lado trabajando a personas que están preparando un trazado que no existe”, afirma este navarro que se ha movido sobre todo en distancias de maratón. Además destaca la puesta en valor de las historias que recoja en el camino. “El objetivo es que en ningún momento vaya solo. Por eso, vamos a invitar a que la gente participe en todo el recorrido. Porque no existen superhombres ni supermujeres ya que sin la colaboración del colectivo no somos nadie”, concluye concienciado.