Como cada año, las llamadas tortas de San Blas o San Blas Opilak cobran protagonismo a medida que se acerca la citada festividad, el próximo jueves 3 de febrero. De ahí que comiencen ya a verse en numerosos escaparates de tahonas y pastelerías.

Se trata de una pasta dulce que va cubierta de un azúcar glaseado y cuyo sabor recuerda a las típicas rosquillas de anís.

Están elaboradas con harina, levadura, azúcar, huevos, manteca (o mantequilla/margarina) y una pizca de esencia de anís. La superficie blanca de la parte superior, en la que se lee San Blas escrito en chocolate negro, consiste en claras de huevo, azúcar glas y unas gotitas de zumo de limón.

Es e1 postre clásico del día de San Blas en muchos hogares vizcainos y aún hoy en día se suelen bendecir. Al parecer, su origen está en Eibar, aunque se ha extendido por el resto de territorios de Euskadi.