OBRE la memoria de quienes le conocieron bien aún planea la figura del padre Bernaola, a cuya sombra se forjaron cientos de futuros banqueros e industriales y cuyo espectro protagonizó durante años las pesadillas de tales jóvenes. "Era un hombre duro pero justo", dicen algunas voces. "Era un personaje inflexible", dicen otras.

Su enseñanza era sencilla: no bastaba ser muy bueno. Había que ser el mejor en la situación más imprevisible. Había que aprovechar la oportunidad. La Comercial de Deusto latía al ritmo que marcaban los recios pasos del jesuita, director y alma de la institución que los grandes próceres de la pujante burguesía vasca habían creado en 1916. Corrían los años cincuenta y el rostro de Bernaola era casi un trasunto del augusto frontispicio de La Comercial, la catedral en la que oficiaban, en aquellos años, algunos de los prohombres que llevarían las riendas del progreso.

Bernaola elaboraba personalmente los planes de estudios. Bernaola comprobaba personalmente la puntualidad de alumnos y profesores. Bernaola tomaba personalmente cualquier medida disciplinaria, sin que le temblara el pulso a la hora de firmar una expulsión. Bernaola formaba parte de la vida de cada uno de sus estudiantes y casó a muchos de ellos, una vez licenciados. Sucesivas promociones de futuros capitanes, como José Ángel Sánchez Asiaín, Pedro Toledo, Alfredo Sáenz, Carlos Garaikoetxea, Pedro Luis Uriarte, Joaquín Almunia o José Ignacio Goirigolzarrri fueron forjados por su férreo espíritu. Era todo un head hunter frente a los chicos de Bernaola.

Cursó estudios de bachillerato en el colegio de los padres jesuitas de Tutera y los estudios de Ciencias Económicas en la Universidad Comercial de Deusto, donde obtuvo la licenciatura en 1925. Posteriormente ejerció la actividad empresarial en México y en Donostia, ingresó en la Compañía de Jesús el 15 de mayo de 1931 y fue ordenado como sacerdote el 15 de julio de 1939. En 1940 se le nombró prefecto de estudios de la Universidad Comercial de Deusto y se encargó de la dirección de ese centro y por tanto de su reapertura y reorganización tras los años de la Guerra Civil. Anticipándose a lo que después se ha considerado normal, en 1957 promovió el Fondo de Préstamos al Honor, para el que fue recabando aportaciones de sus antiguos alumnos con las que ayudar a seguir los estudios en la Comercial a quienes, teniendo capacidad intelectual, carecían de medios económicos.

Protagonista: Luis Bernaola.

Gesta: Fue un economista y sacerdote jesuita, personaje clave en el desarrollo de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Deusto, más conocida como 'La Comercial'. En 1941 entró en la Universidad de Deusto, dirigiéndola hasta su jubilación en 1974, siendo clave en su desarrollo.