EL mundo del espectáculo la conoció como La Gassier, un nombre de reminiscencias francesas. Sin embargo, Josefa Cruz de Gassier era hija de Bilbao (13 de mayo de 1821 - 8 de noviembre de 1866) y una mujer con un jilguero en la garganta. Josefa fue una soprano que cosechó gran éxito en su época, allá en el siglo XIX. Hizo su debut como soprano o como tiple ligera (hay debate al respecto...) en Londres con tan solo 25 años, y paseó el nombre de Bilbao por los escenarios de todo el mundo (Francia, España, Reino Unido, Estados Unidos, Cuba?).

Su vida fue pura armonía. Tras casarse con el reputado barítono francés Louis Gassier, fue conocida internacionalmente como Josefa de Gassier. Educada en Italia bajo la dirección de Pasini, debutó en Londres como Elvira, rol de Ernani, en el Teatro de su Majestad en 1846. Barbieri dijo de ella que tenía una bella voz de soprano sfogato (es un término en desuso que se acuñó durante la época del bel canto en Italia, es decir en las cuatro primeras décadas del siglo XIX, para designar a un reducido número de cantantes que poseían una inusual amplitud en la extensión de su registro vocal de gran extensión). Desde su matrimonio con Louis, ambos cantaron juntos por Europa entre los años 1849 y 1854, momento en que son contratados por el Théâtre Italien de París. El matrimonio Gassier hizo carrera internacional, cantando en los principales teatros de Francia, Inglaterra, Italia, España y también en América. Tal fue su éxito en América que el músico cubano Manuel Saumell compuso para ella una contradanza que lleva su nombre. Era una bilbaina que llevaba la voz cantante.

La Gassier estuvo en La Habana en dos temporadas 1858-1859 y 1859-1860. Cuentan las crónicas de la época que fue una de las tiples ligeras de mayor fama que han visitado La Habana, así como por su vocalización como por la extensión prodigiosa de su voz de timbre pastoso y halagador. En el vals que le escribió el maestro Venzano se le oía un trino sobre fa sostenido (llave de sol quinta raya del pentagrama), que sostenía durante dieciséis compases, haciendo en el interín deliciosas inflexiones, y que su extensión abarcaba cerca de tres octavas desde el sol con dos rayas suplementarias sobre el pentagrama hasta el "la" sobreagudo con cuatro por su parte superior, según hablan los académicos de la música cubana.

El nombre de Gassier se ha barajado en las quinielas para el bautismo de una calle en Bilbao, opción que hoy no se contempla.