Es la guerra

HAN abierto en la oficina un departamento nuevo: Frustraciones Online. He procurado huir de él como de la peste porque bastante tengo con gestionar las maulas emocionales de los humanos en relación a los hechos reales, como para comerme también las virtuales. Admito que no me ha sorprendido que la primera semana ya haya obligado a reforzar el servicio. No tenéis remedio. El encargado de redes sociales me comentaba que estáis al borde de la guerra. He de advertir que para asegurar que los agentes somos verdaderamente neutrales se procura que lleguemos de nuevas a cada departamento. El caso es que ha definido ya una tipología de individuos e individuas en red. Me ha insistido mucho en que explicite el femenino para no provocar. El caso es que ha identificado a los que llama voluntariosos/as, pasivos/as, didácticos/as, ortodoxos/as y yihadistas o cruzados/as. El voluntarioso es por lo general un tipo o tipa animado. Es de bien pensar de los demás y cultiva el buen rollo. Aplaude o se horroriza con facilidad y eso le pone en el punto de mira de ortodoxos/as y cruzados/as. Los primeros porque son rígidos en sus visiones y tienen dificultad para la empatía; con las y los cruzados simplemente no hacen carrera ni los voluntariosos ni las didácticas. Aquellos se sienten en posesión de la verdad suprema y, como militan en ella, no admiten que otros pisen su jardín. Dan lecciones y organizan verdaderos autos de fe en Instagram, Tuitter o Facebook en los que arden los y las incautas. Son cansinos, la verdad. Por último me describió a los pasivos y pasivas. Se manejan repitiendo opiniones ajenas que pueden muy bien ser contradictorias entre sí pero que suelen dar lugar a larguísimos hilos de conversación. Su opinión parece decantarse según los rebotes que publican pero la cambian de inmediato en cuanto asoma un ortodoxo o una yihadista. Una vez oídas sus razones, he tratado de explicarle que no estáis al borde de la guerra sino que esa acritud o dejadez , según el día, es vuestro estado natural. No me cree.