Naomi Campbell cumple hoy 50 años como un icono de la pasarela, un camino que ha recorrido de polémica en polémica, pero en el que también ha encontrado la gloria. Nacida en 1970 en Londres, pasó la mayor parte de su infancia acompañada por sus tías y abuelas, quienes la criaron mientras su madre, una bailarina jamaicana, hacía giras por Europa. A los 8 años apareció en un vídeo de Bob Marley, a los 10 ya estudiaba danza en la Academia de Artes Escénicas de Londres y a los 15 despegó su carrera en la moda.

La agente Beth Bold fue la primera en descubrir el potencial de la diosa de ébano cuando se cruzó con ella por las calles británicas. A pesar de las reticencias de su familia, Campbell decidió ir a su agencia y a las pocas semanas ya pisaba las pasarelas. Otro mentor de la modelo fue el diseñador Azzedine Alaïa, a quien conoció a través de unas amigas en uno de sus primeros trabajos en París, a donde llegó con solo 16 años después de que le robaran todos sus objetos personales. Sin contactos ni dinero, Campbel acudió a unas pruebas a casa del modisto, que convirtió a la modelo en su musa y a quien ella consideraba un "padre".

No hay edad ni fecha de retirada definitiva para Campbell, que ya rompió otro techo de cristal al comienzo de su carrera, cuando tuvo que lidiar con el racismo en las pasarelas y unas tarifas de publicidad inferiores al resto de modelos. La huella que dejaron aquellos inicios le condujo a una carrera marcada por la reivindicación. "Soy la imagen de una nueva campaña y me dijeron que un país asiático no usaría mis fotos debido a mi color de piel", contó el año pasado en la BBC. Campbell se convirtió en 1988 en la primera modelo negra en aparecer en la portada de la edición francesa de Vogue, donde llegó tras ser rechazada en varias ocasiones a pesar de ser ya una figura de referencia.

Con Linda Evangelista y Christy Turlington formó un trío tan significativo que dieron lugar al término top model, mujeres que se convirtieron en iconos perpetuos más allá de la ropa o productos que anunciaban. Al núcleo duro de La Trinidad, como las bautizó la prensa, se sumaron nombres, como Claudia Schiffer y Helena Christensen, el grupo de supermodelos de los 90 que pasaron a la historia.