TRAS Kirikou y Azur yAsmar, el maestro de la animaciónMichel Ocelotregresa a la gran pantalla con unanueva historia sobre una joven heroínaque se sumergirá en una serie demisterios y descubrimientos, con elParís de la Belle Epoque como telónde fondo.

El largometraje, que llega a lassalas de cine tras su paso por la últimaedición del Festival de Cine deSan Sebastián, cuenta la historia deDilili, una chica de Nueva Caledonia,que investiga una serie de misteriosasdesapariciones en compañía desu amigo Orel. Y durante el transcursode su investigación se encontrarácon múltiples personajes que le irándando pistas y le ayudarán en su búsqueda.

Cuenta Michel Ocelot que elpunto de partida de su proyecto erahacer una película ambientada enParís, su lugar de residencia. Tuvoclaro, además, que la Belle Epoque era un inmejorable telón de fondo,ya que “es una época lo suficientementedistante para evocar sueños,pero lo suficientemente cercanacomo para que la documentaciónfuese accesible”. Encontrado eldónde y cuándo, se lanzó a por elquién y leyendo los diarios de LouiseMichel, quien ejerció su profesión de maestra en Nueva Caledoniadando lecciones a los jóveneskanaks, imaginó a una niña de razamixta que por entonces habríasufrido rechazo. Tomó el nombrede Dilili.

A partir de ahí tejió una historiaen la que Dilili, acompañada de suamigo Orel, descubre los recovecos de París investigando unas misteriosasdesapariciones de varias chicasjóvenes. Y por el camino, pistatras pista, experimentará encuentrosmágicos en los que el Bien desafiaráa las fuerzas del Mal. Sobre lamoralidad de la historia, Ocelotexplica que “sabiendo que habrániños observando, tengo cuidado de no hacerles daño, pero me asegurode contarles mucho”.

Dilili en París, ganadora del Césara mejor película de animación, es elprimer largometraje en que integraa los personajes en configuracionescompuestas de fotografías de lugaresreales. “París es una ciudad magníficatal y como es”, concluye.