EN el año 2012 escribí un artículo sobre el pago con el teléfono móvil en el que hablaba del esfuerzo que las compañías de móviles y de tarjetas de crédito estaban realizando para que la olimpiada de Londres fuera el punto de inflexión para la popularización de este sistema. A día de hoy, si bien sí somos bastantes los que pagamos con el teléfono, no se ha producido un uso masivo y creo que hay varias causas para ello. La primera es que nadie nos dice nada de cómo funciona y cómo se hace uso de este “sencillísimo” sistema de pago y la segunda es que se ha creado un mito alrededor de lo complejo que es utilizar este sistema. Nada más lejos de la realidad y hoy vamos a explicar qué es lo que tenéis que hacer para pagar con vuestro teléfono móvil.

Lo primero es disponer de una tarjeta de crédito o débito de un banco que permita enganchar esta tarjeta con una de las apps de pago con móvil: Google Pay, Apple Pay, Samsung Pay o la propia aplicación de tu banco. Resulta muy curioso que en las oficinas de muchos bancos no saben exactamente cómo funciona este servicio o si su tarjeta es compatible o no, solo les interesa venderte la tarjeta de crédito. Después necesitarás tener un móvil NFC (Near Field Comunication), una tecnología que hasta hace poco solo incorporaban los teléfonos de alta gama y que es otro de los lastres que está impidiendo que se popularice el servicio. Podemos incorporar tantas tarjetas como queramos, siempre que sean compatibles, y seleccionar con cuál queremos realizar el pago.

ventajas Las ventajas de utilizar el móvil para los pagos son muchas. Por un lado, funciona igual que una tarjeta de crédito, por lo que no tenemos que llevar dinero encima, pero como además nos permite meter varias tarjetas en el teléfono, ahorramos espacio en nuestra cartera. La seguridad se incrementa ya que a la hora de pagar lo único que tenemos que hacer es desbloquear nuestro teléfono móvil, utilizando la huella, el PIN o el reconocimiento facial. No hay que abrir la aplicación o buscar nada en nuestro teléfono para realizar el pago. Si lo hemos configurado bien, con el desbloqueo y acercando el móvil a un datáfono compatible con las tarjetas contactless será suficiente. Si perdemos el terminal, nadie lo puede desbloquear y, aunque esto fuera así, el sistema de pagos móviles encripta una tarjeta virtual de un solo uso, lo que impide que alguien pueda clonar nuestra tarjeta. Olvídate de la leyenda urbana de alguien me copió la tarjeta por usar el pago móvil.

En la actualidad, algunos de los relojes inteligentes también permiten realizar el pago simplemente acercando nuestra muñeca al datáfono y se está trabajando en un sistema de pago de autopistas y gasolina utilizando el nuevo sistema del que disponen los nuevos vehículos como es Android Car. Algunos bancos también han visto las ventajas y están ofreciendo una tarjeta prepago o monedero para utilizar dentro del móvil. De esta forma, no es necesario tener una cuenta en ese banco, solamente cargamos la tarjeta con la cantidad que deseemos y vamos descontando dinero con las compras que paguemos con el móvil. Además, ya no necesitaremos guardar los tiques de cada compra, ya que la propia aplicación guarda un registro de cada una de las operaciones que vamos realizando y algunas nos avisan de cuánto llevamos consumido o nos permiten poner alertas cuando nos pasamos de determinada cantidad o cuando estamos cercanos a un límite virtual que nos hayamos fijado nosotros mismos y no el banco.

@juandelaherran