Cuenta con un rebaño de 300 ovejas de raza latxa y produce “entre 3.000 y 4.000 kilos al año de queso” que vende, sobre todo, en ferias como la de Gernika o la que tiene lugar todos los sábados en el Arenal de Bilbao. Es, sin duda, una vida muy sacrificada, sobre todo en invierno “cuando empiezan a nacer los corderos, después empieza la época de ordeño y seguido la elaboración de los quesos”, pero “es lo que he vivido desde pequeño y a lo que me quiero dedicar”, afirma.