El pueblo a una hora de Bizkaia con el mercadillo navideño "más bonito de Europa", según National Geographic

Santillana del Mar ya era una de las postales navideñas más potentes del norte en diciembre, pero este año la escapada ha ganado todavía más brillo después de que National Geographic la señalara como el destino con el "mercadillo navideño más bonito de Europa" y recomendara su visita. El reconocimiento no llega por casualidad: pocas localidades reúnen un casco histórico medieval tan bien conservado, una ambientación de Navidad tan cuidada y una escala humana que permite vivir el mercado sin la sensación de agobio de otros destinos más masificados.

Un pueblo medieval que se convierte en villa navideña

La primera razón del éxito está en el propio escenario. Santillana del Mar es uno de los conjuntos históricos mejor preservados del Estado y en Navidad esa belleza se multiplica. Las calles empedradas, las fachadas de piedra, los balcones de madera y la Colegiata de Santa Juliana crean un decorado natural que no necesita gran cosa para deslumbrar. Cuando llega diciembre, el casco antiguo se viste con luces, guirnaldas y detalles tradicionales que respetan el entorno y lo realzan.

Fechas para una visita inolvidable

El mercadillo navideño de Santillana del Mar se integra dentro del programa municipal y se extiende durante semanas, desde finales de noviembre hasta después de Reyes. Eso permite que la visita no dependa solo del puente de diciembre: se puede ir en un fin de semana cualquiera, en fechas previas a Nochebuena o incluso en los primeros días de enero. El mercadillo se integra dentro del programa “Navidad en Santillana del Mar”, que este año se extiende del 27 de noviembre al 6 de enero.

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El corazón del mercadillo está en sus puestos. La oferta está muy centrada en artesanía navideña, adornos hechos a mano y productos típicos cántabros. Por eso muchos visitantes destacan que aquí se compra distinto: no hay tanto souvenir prefabricado, sino piezas con personalidad y trabajos de autores locales. Los puestos se distribuyen en las plazas y calles históricas y pese a que no es un mercado enorme, sí es uno con una atmósfera muy única y cuidada.

Luces a lo grande

Otra de las claves que hacen especial la Navidad en Santillana es la iluminación navideña. Para el tamaño del pueblo, la ambientación luminosa es sorprendente. La luz no solo adorna, sino que forma recorridos, marca rincones y convierte el casco histórico en una postal navideña.

El mercadillo funciona como epicentro, pero la visita se completa con actividades pensadas para familias y público general. Hay talleres infantiles, propuestas culturales, animación callejera y citas tradicionales que refuerzan la idea de escapada navideña completa. En algunos días, el pueblo incorpora espectáculos de luz o pequeñas actuaciones que aprovechan el propio entorno monumental como escenario. Todo eso hace que el plan no sea solo pasear por casetas, sino pasar un día entero en Santillana y ver cómo el pueblo se transforma durante la Navidad.

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Lo que National Geographic pone en valor es precisamente esa mezcla que no siempre se encuentra en Europa: un mercadillo navideño rural, con ambiente cálido y local, dentro de un casco histórico real y sin decorados artificiales.