Aplaudir tras el aterrizaje de un avión es una costumbre que divide opiniones entre los pasajeros. Para algunos, se trata de una expresión de alivio o gratitud, mientras que otros lo consideran innecesario o incluso molesto.
Una azafata con amplia experiencia en la industria ha explicado por qué esta práctica no es recomendada y por qué podría no tener el impacto esperado.
¿Por qué aplaudimos al aterrizar?
A lo largo de los años, muchas personas han desarrollado la costumbre de aplaudir cuando un avión toca tierra, especialmente después de vuelos largos o aterrizajes turbulentos. En muchos casos, este gesto es visto como una muestra de agradecimiento hacia los pilotos y la tripulación por haber llevado a los pasajeros a su destino de manera segura. Además, algunos viajeros con miedo a volar encuentran en los aplausos una forma de liberar la tensión acumulada durante el trayecto.
Esta práctica tiene una larga historia y está presente en diversas culturas. Es común en vuelos de aerolíneas turísticas o en destinos donde la aviación comercial no es tan frecuente. Para muchos, aplaudir al aterrizar es un acto reflejo que nace del alivio, una manera de celebrar que todo ha salido bien. Sin embargo, con el tiempo, esta costumbre ha generado un debate sobre su necesidad y utilidad real.
El consejo de una azafata
Barbiebac, una azafata con más de 4,5 millones de seguidores en TikTok, ha compartido su perspectiva sobre este tema en uno de sus vídeos. Según su explicación, los aplausos no cumplen su objetivo principal, ya que los pilotos no pueden escucharlos desde la cabina. La puerta de la cabina de mando está diseñada para aislar el sonido, lo que significa que ese reconocimiento no llega a quienes supuestamente está dirigido.
En su vídeo, Barbiebac también explica que, aunque este gesto puede parecer inofensivo, tiene poco sentido desde una perspectiva profesional. Los pilotos están concentrados en completar los procedimientos de aterrizaje hasta el momento en el que el avión se estacione por completo.
Aplaudir antes de tiempo
Más allá de la falta de efectividad del gesto, Barbiebac también advierte que aplaudir inmediatamente después del aterrizaje puede ser prematuro. Aunque el avión haya tocado tierra, todavía pueden surgir imprevistos antes de que esté completamente detenido en su posición final. Entre los escenarios posibles se encuentran problemas con los frenos, la necesidad de activar los reversores de emergencia o incluso el reventón de los neumáticos, situaciones que podrían derivar en una evacuación de emergencia.
El aterrizaje no es el último paso del vuelo. La aeronave aún debe llegar a su puerta de desembarque de manera segura, evitando colisiones en tierra y respetando las indicaciones de los controladores aéreos. Por eso, hasta que el avión esté completamente estacionado y se apague la señal del cinturón de seguridad, los pasajeros deben permanecer en sus asientos, con actitud tranquila y siguiendo en todo momento las indicaciones de los miembros de la tripulación.
Aplaudir o no: una decisión personal
A pesar de sus recomendaciones, la azafata deja claro que aplaudir o no sigue siendo una elección personal. Para algunos pasajeros, especialmente aquellos con miedo a volar, el gesto puede representar un gran alivio. Sin embargo, comprender el trasfondo de la situación puede ayudar a tomar una decisión informada y respetuosa con el contexto del vuelo.
Existen otras formas de agradecer a la tripulación por un vuelo seguro. Expresar gratitud de manera directa, con una sonrisa o unas palabras al salir del avión, puede ser mucho más efectivo. En definitiva, cada pasajero tiene la libertad de actuar como prefiera, pero conocer la perspectiva de los profesionales de la aviación puede ayudar a ver este gesto desde otro punto de vista.