Las fuerzas de seguridad franceses detuvieron durante las protestas del jueves por la noche a 875 personas, según un balance definitivo confirmado este viernes por el Ministerio del Interior, que tiene identificados 408 arrestos sólo en la zona que compete a la Prefectura de la Policía de París.

Cerca de 250 agentes y gendarmes han resultado heridos en esta última noche, en la que se han replicado los disturbios que lleva días viviendo Francia a raíz de la muerte el martes en Nanterre de un adolescente interceptado en un control policial.

El Gobierno, que ya el jueves ordenó el despliegue de 40.000 efectivos de seguridad, ha convocado una reunión de urgencia para estudiar posibles medidas. La primera ministra, Élisabeth Borne, ha dicho que "todas las hipótesis" están sobre la mesa, al ser interrogada por la posible declaración de un estado de emergencia.

Para evitar altercados, la Policía de Marsella ha prohibido todas las manifestaciones para este viernes a partir de las 19.00 horas. También ha advertido de que interceptará cualquier artefacto incendiario sospechoso, según fuentes citadas por la cadena BFMTV al término de una reunión de la policía con autoridades del Ayuntamiento.

El presidente francés, Emmanuel Macron, que este viernes ha vuelto a convocar una unidad de crisis interministerial en el Ministerio del Interior, ha calificado de "injustificables" los actos de violencia contra "las instituciones y la República",.

El brigadier de la policía, de 38 años, que el martes mató de un tiro en la localidad de Nanterre, a las afueras de París, a un menor que trataba de escapar a un control policial, hecho que desencadenó los disturbios, fue imputado este jueves homicidio voluntario y encarcelado.

La noticia del encarcelamiento del agente, que también ha sido suspendido de sus funciones, llegó cuando en Nanterre ya se estaban produciendo disturbios y enfrentamientos entre las fuerzas del orden y algunos manifestantes que habían participado en una concentración organizada por la madre de Nahel, el joven de 17 años muerto.

Para tratar de contener la situación, el ministro del Interior sacó a las calles a unos 40.000 policías y gendarmes por todo el país, cuatro veces más que la noche anterior.

La muerte de Nahel se produjo el martes por la mañana cuando dos agentes motorizados le persiguieron tras haber cometido varias infracciones al código de la circulación al volante de un coche de alquiler que conducía sin tener el carné.

Cuando consiguieron detenerlo al quedar inmovilizado en un atasco, los agentes le apuntaron con sus armas y le exigieron que apagara en motor. Pero en lugar de eso, el joven aceleró y fue entonces cuando uno de los dos policías le disparó en el pecho a bocajarro con un tiro que fue mortal.

Inicialmente, el policía afirmó que había utilizado su arma porque Nahel amenazaba su integridad y la de su compañero al poner en movimiento el vehículo, pero las imágenes grabadas por testigos de la escena han puesto en evidencia que esa versión no se sostenía.