El euroescéptico primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, acusó ayera la Unión Europea de hacer un ejercicio de imposición de valores sobre su propio país al tiempo que ha criticado la estrategia de Washington y Bruselas sobre la guerra en Ucrania al considerar que están ignorando las preocupaciones de Moscú sobre la proximidad de la OTAN a sus fronteras.

“La fuerza, el prestigio y la capacidad de actuación de Occidente se están desvaneciendo”, declaró Orbán ante miles de simpatizantes en la ciudad rumana de Baile Tusnad, donde se autoproclamó como un “defensor” de la identidad cultural y política de Hungría frente a la burocracia de Bruselas.

Como ya ha hecho otras veces, Orbán seáló al multimillonario húngaro-estadounidense George Soros como el verdadero arquitecto de la política europea, algo que los defensores del filántropo califican como un comentario falso y veladamente antisemita.

“Que vivan como quieran, pero que nos dejen vivir. Solo hay aceptar que el padre es hombre y la madre es mujer”, añadió Orbán en relación a un caso abierto de la UE contra una ley húngara que restringe la información sobre temas de la comunidad LGBTQ.

“En lugar de transgénero, solo tenemos Transilvania”, apostilló ante sus simpatizantes en un comentario que además alude al estatus de esta región rumana, vinculada históricamente a Hungría, en medio de un discurso interrumpido por un político del país que levantó una pancarta con la leyenda “Transilvania es tierra rumana para siempre”, antes de ser escoltado por la seguridad del evento.

No habrá paz hasta 2024

Viktor Orbán también vaticinó que Ucrania no ganará la guerra contra Rusia, y que no se logrará la paz hasta pasadas las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, en 2024. “Ucrania nunca ganará contra Rusia”, dijo Orbán. “Nunca habrá negociaciones de paz ruso-ucranias”, ya que Moscú quiere garantías de seguridad, añadió.

El mandatario magiar, considerado el mejor aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, en la UE, aseguró que Moscú únicamente negociaría con Washington, algo que dio a entender no sería posible con el actual jefe de la Casa Blanca, el demócrata Joe Biden.

“La primera verdadera posibilidad de la paz en Ucrania se dará en 2024, cuando en EE.UU. se realizarán elecciones presidenciales”, sentenció el líder ultraconservador, dando a entender que los demócratas perderían esos comicios.

Orbán se mostró convencido de que el ejército ruso no hubiese invadido Ucrania si el poder de Estados Unidos y Alemania hubiese estado todavía en manos del expresidente Donald Trump y de la excanciller Angela Merkel, respectivamente.

“Si en el momento crítico Trump hubiese sido el presidente de los EE.UU. y Angela Merkel la canciller de Alemania, ahora no habría guerra en Ucrania”, declaró.

Explicó que esa visión suya se basa en su firme creencia de que ambos exmandatarios hubiesen accedido a “ciertas exigencias” del Kremlin.

El primer ministro de Hungría también calificó de imperialista y “peligrosa” la propuesta de que las decisiones en materia de política exterior de la UE se tomen por mayoría de los Veintisiete, en lugar del consenso requerido actualmente. Si “se quiere obligar a un país a una política exterior que éste no quiere, eso hay que llamarlo imperialismo”, advirtió el mandatario.