El primer ministro italiano, Mario Draghi, comprobó ayer que mantiene el respaldo del Parlamento, un día después del cisma que ha quebrado en dos al principal socio de su amplia coalición, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que sigue apoyándolo. Tal y como obliga el sistema del bicameralismo perfecto italiano, Draghi se presentó ante la Cámara de los Diputados, tras hacerlo la víspera en el Senado, para exponer su postura sobre la guerra en Ucrania antes del Consejo Europeo de esta semana.

Era una cita parlamentaria relevante que se producía solo un día después de que el principal partido de su coalición, el M5S, se dividiera por la escisión del que fuera su líder hasta 2020, Luigi Di Maio, ministro de Exteriores, y otros 60 parlamentarios.

Sin embargo, tras escuchar su intervención, en la que confirmó que seguirá la misma línea que hasta ahora, con la Unión Europea (UE), los partidos de la coalición gubernamental votaron sin fisuras a favor de una espinosa resolución conjunta sobre Ucrania.

Pero aunque el Gobierno pueda dormir tranquilo, las aguas de la política italiana siguen agitadas por la división y debilitamiento del M5S, que ayer dejó de ser la primera fuerza del Parlamento.

origen de la discordia

En el fondo de la cuestión, entre otras cosas, se encuentra una resolución votada ayer en la que los partidos de la mayoría fijaron la postura sobre Ucrania que Draghi deberá defender en Bruselas. El texto, aprobado por la Cámara Baja por 410 votos a favor y 29 en contra, emplaza al Gobierno a que toda decisión en el ámbito internacional que tenga que ver con esa guerra pase primero por el Parlamento, incluido el envío de armas a la resistencia.

“Esta petición no debilita al Gobierno, sino que lo refuerza”, justificó el portavoz del M5S en la Cámara, Davide Crippa, al proclamar su apoyo al Ejecutivo. Esto pese a que el M5S y su líder, Giuseppe Conte, han presionado -sin éxito- en las últimas semanas para que incluyera un punto con el que Italia se negaría a enviar más material militar a los ucranianos para favorecer una “solución diplomática”. Di Maio, titular de Exteriores, consideró inaceptable esta “ambigüedad” en su partido y, tras acusar a sus dirigentes de “debilitar” al país desalinéandolo de la OTAN y de la UE, decidió abandonarlo y fundar su propio grupo político.

draghi pide unidad

Así, ante una Cámara de Diputados si cabe más fragmentada, el primer ministro acudió ayer para reclamar “unidad” ante las decisiones difíciles que habrá que tomar sobre Ucrania.

Las crisis económica, energética, social y alimentaria que derivó del conflicto, defendió, no son culpa ni de la UE ni de Occidente, sino del Kremlin por iniciar la invasión, y defendió sin ambages el envío de armas a la resistencia de Kiev. “La unidad es esencial en estos momentos porque las decisiones que debemos tomar son muy difíciles”, avisó.

Sus palabras despertaron un sonoro aplauso de su bancada, pero suscitó también críticas como las de “Alternativa C’è”, otra escisión del M5S, que expusieron carteles de “No a la guerra” o “Stop al envío de armas”. l

Nuevo grupo en el Parlamento

Formalizada la escisión

Cincuentena de escaños. El presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, formalizó ayer el nacimiento del nuevo grupo creado por el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, tras romper con el Movimiento 5 Estrellas (M5S) por diferencias con su líder, Giuseppe Conte. El grupo ‘Juntos por el futuro’, nombre del nuevo grupo de Di Maio, contará con 51 diputados, lo que le convierte en el sexto con mayor representantes. El M5S cae a 105 diputados, lo que implica que deja de ser la primera fuerza en beneficio de la Liga de Matteo Salvini, que mantiene 132. Los cambios, no obstante, no afectarán a la estabilidad del Gobierno de Mario Draghi, que siguen respaldando tanto el M5S como su escisión.