Mar Flores eligió el plató de "El Hormiguero" para volver a hablar sin filtros de su vida. Presentó su autobiografía, "Mar en calma" y dejó varias frases que resumen el viaje: del foco abrasador de los 90 al deseo de resetear y contarlo con su voz. “Quería dormirme”, admitió cuando Pablo Motos le preguntó si llegó a tener la tentación de quitarse la vida en sus peores momentos. La confesión fue el punto más duro de una entrevista que recorrió su pasado con nombres y heridas abiertas.

En su paso por televisión, Mar Flores rememoró uno de los episodios más duros de su vida: una agresión en plena calle cuando tenía poco más de veinte años. “Me han chocado por detrás, me han sacado del coche, me han arrastrado, me han pegado encima del coche”, recordó, subrayando que hubo testigos, entre ellos un vigilante de seguridad que presenció los hechos. Aquel día acudió a comisaría acompañada por su hermana sin saber, dice, cómo se tramitaba una denuncia por malos tratos y agresión. En lugar de amparo, recibió desprecio. “Ah, pero tú eres Mar Flores, trabajas en Telecinco, con las Mama Chicho”, una frase que, sostiene, condensaba los prejuicios de la época hacia una mujer joven y famosa.

El peso del estigma

Tras el primer intento en comisaría, probó suerte en la primera comisaría de mujeres recién abierta en Madrid y, según su testimonio, el resultado fue igual o peor. “Incluso más machistas”, lamentó sobre el recibimiento que dice haber encontrado allí. El golpe definitivo llegó, relata, en sede judicial: “El juez me dijo: asuma las consecuencias de salir en minifalda”.

La modelo replicó que acababan de darle una paliza y que tenía testigos, pero, según cuenta, el magistrado razonó que, siendo persona conocida, una agresión así debería haber quedado registrada por paparazzis. “Ese día no estaban y me tengo que aguantar que un juez diga esto”, se quejó visiblemente afectada.Para Flores, aquel comentario ejemplifica el culpabilizar a la víctima y el filtro con el que se miraba a las mujeres que, además, trabajaban en televisión y vestían según las exigencias del medio.

Machismo de época y doble victimización

La actriz sitúa lo vivido en un contexto de machismo estructural. Recuerda que entonces encadenaba trabajos donde “tenías que llevar minifalda” y que esa imagen pública fue utilizada para invalidar su denuncia. En sus palabras, no solo tuvo que enfrentar la violencia del agresor, sino también la desconfianza y el juicio moral en instituciones que deberían haberla protegido.

Pablo Motos y Mar Flores en 'El Hormiguero' Instagram: @elhormiguero

La doble victimización que describe se sostiene en tres planos: el descrédito de su palabra en comisaría, la trivialización de su caso en un juzgado que, según su versión, deslizó que la ropa y la fama explicaban lo ocurrido, y la sospecha de que sin fotos de prensa no habría nada que investigar.

Flores explica que calló durante años para protegerse a sí misma y a su familia, y que el regreso público llega de la mano de un libro en el que intenta tomar el control del relato. “Este libro invita a una reflexión”, dijo, aclarando que no busca la anécdota morbosa, sino poner palabras a lo que muchas personas han sentido. “Si no eres Mar Flores también te ves reflejada aquí”, añadió.

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Define la obra como un manual de supervivencia para quien haya pasado por etapas de dolor, miedo o incomprensión, y subraya que su historia no pretende ser ejemplarizante, pero sí útil a la hora de identificar señales de maltrato, entender por qué tantas víctimas no denuncian a la primera y reconocer la herida que deja el juicio social.