bilbao - Emitidas ya las segundas temporadas de El cuento de la criada y Westworld, repuestos de la sorpresa que ha supuesto Killing Eve y teniendo en cuenta que en 2018 no habrá Big little lies ni Juego de tronos, los analistas coinciden en que Heridas abiertas es la serie del año en HBO... o al menos de lo que falta del año. Hay algún que otro discrepante, pero todos elogian el trabajo de Amy Adams, que interpreta a Camille Preaker, una periodista que regresa a su pequeña ciudad natal para cubrir el asesinato de una adolescente y la desaparición de otra.

Basada en la novela homónima de Gillian Flynn, los ocho episodios han sido creados por Marti Noxon y dirigidos por Jean-Marc Vallée sobre guiones de Noxon y Flynn. Patricia Clarkson, Chris Messina , Eliza Scanlen, Elizabeth Perkins y Matt Craven completan el reparto. Rodada en Los Ángeles, el norte de California y Atlanta, Gillian Flynn recuerda que es “mi primera criatura, mi primera novela. La escribí durante noches, fines de semana y vacaciones con la incertidumbre de si la vería publicada, porque estaba convencida de que tenía que hacer real a esta chica, así que ocupa un lugar sagrado para mí. Es algo extraño y maravilloso, llevar el texto a la pantalla, dejando que se convierta en algo diferente, pero sin dejar de honrar las interpretaciones de los lectores. Es divertido, pero también asusta un poco”. Y añade: “Fue mi primera novela, pero la última en ser adaptada a la pantalla, doce largos y a veces decepcionantes años. Pero cuando Amy se sumó al proyecto, pensé: ¡Ya está! Camille estaba esperando a que Amy la interpretara. Y no es una frase hecha”.

Según Jean-Marc Vallée, “es curioso cómo podemos encontrar la belleza en lugares en los que no esperaríamos descubrirla. Cómo la oscuridad a veces puede resultar atractiva, reconfortante. Esto es lo que me ocurrió al leer la novela. Me vi atrapado en la mente de Camille. Me obsesioné con el personaje. Nunca antes había conocido, visto u oído a alguien como ella”. “Me fascinó su obsesión por las palabras, la forma en que las usa para definirse a sí misma, para curar y causar dolor, y su forma de describir el mundo, su forma de hablar de sí misma, sus heridas e imperfecciones. Una voz tan única, tan cruda, tan oscura, pero a la vez honesta y vulnerable. Esta es la belleza de Camille Preaker y de Amy Adams”. Marti Noxon recuerda que “la primera vez que leí la novela pensé tengo que conocer a Gillian Flynn, está tan fastidiada como yo. Esta historia habla de una parte de la vida de las mujeres que pocas veces se aborda: nuestro impulso a hacernos daño a nosotras mismas y a otras mujeres. Camille representa a muchas mujeres que por sistema han reprimido el dolor que les han causado, y cómo en un esfuerzo por evitar llegar a la raíz del problema se autoinfligen su propio castigo de diversas maneras”.