‘Una bolsa de canicas’: Viaje hacia la supervivencia
El canadiense Christian Duguay lleva a la gran pantalla la novela e historia real de Joseph Joffo
En los 70, Francia se sobrecogía con la historia de Una bolsa de canicas, la novela de Joseph Joffo basada en su propia historial real en la que contaba su huida del país y del régimen nazi en plena Segunda Guerra Mundial. Traducida a más de 18 idiomas y un clásico ya en muchas estanterías, se ha convertido ahora en el guion del último filme del canadiense Christian Duguay, que antes firmó Belle et Sébastien, l’aventure continue (2015), Anna Karenina (2013). El realizador reconoce que no conocía el libro hasta que le llegó el proyecto, pero una vez cayó en sus manos, le impactó “la tenacidad, la convicción y la fuerza de una historia llena de esperanza”.
Una bolsa de canicas narra el viaje que Joseph Joffo inició a los diez años, cuando su padre les dio a él y a su hermano 5.000 francos a cada uno, y la orden de salir vía tren de París, ciudad ocupada por los nazis, para cruzar como pudieran la línea que dividía la Francia ocupada de la llamada Francia Libre del colaboracionista general Petain. El objetivo: reunirse con sus hermanos mayores en Menton.
En una historia biográfica y tan personal, Duguay no dudó en reunirse con Joseph Joffo y hablar sobre su familia y aquella huida, aunque desvela que quiso “partir de cero al escribir el guion”. Sin embargo, Joffo se muestra completamente satisfecho del trabajo realizado por el realizador canadiense y apunta que “ha dado con la medida justa: no se excede en nada y ha sabido permanecer objetivo al tiempo que aporta su punto de vista de autor y realizador”. De hecho, es concluyente: “Me pareció el hombre idóneo y no me he equivocado”.
Ambos comparten, además, que se trata de un largometraje que llega en el momento necesario. “Actualmente y debido al terrorismo, los niños se ven obligados a huir, al igual que nosotros, los judíos, hace 50 años. Espero que el filme haga que nos preguntemos sobre el destino de esos niños y de esas familias rotas”.
En ese sentido, el actor Patrick Bruel, que interpreta al padre y cabeza de familia, añade que el objetivo es que llegue a las jóvenes generaciones: “Es un deber a la memoria y es preciso que los jóvenes sepan de este tramo de nuestra historia para comprender que esto puede repetirse”.
La actriz Elsa Zylberstein, como madre, y los niños Dorian Le Clech -Josep- y Batyste Fleurial -Maurice- completan el elenco. En cuanto a la audición para los papeles infantiles, Duguay desvela que vieron a más de un millar de niños, conscientes de la importancia de sus personajes en la película. Pero tras la intensa búsqueda, Duguay se siente afortunado: “Dorian tiene chispa en la mirada, era necesario que viviera las escenas. Y Batyste tenía menos experiencia que Dorian, pero supo trabajar con rigor para entrar en la piel del personaje”. Para ello, todas las noches, el cineasta y los dos pequeños protagonistas trabajaban las escenas del día siguiente, para que “el texto emanara con naturalidad y fuera experimentado”, señala Duguay.
una historia universal En cuanto a la puesta en escena, Christian Duguay apuesta por “sentir la historia a través de los escenarios”. Para ello trata de “no ser demasiado explicativos”, ya que a su juicio es “la universalidad” de la historia “lo que ha conmovido a todo el mundo desde la aparición del libro”.
Para ello, el director apostó por “una película histórica en la que no nos demoramos obstinadamente en el contexto”. El punto de vista, siempre a través de los ojos del pequeño Joseph, implicó un acercamiento a la hora de rodar a través de lentes como los objetivos macro, en un intento, según desvela Duguay, de “ser lo más sofocante posible y centrarme en dos o tres detalles concretos. Una lente cerca de los actores es la que deja una perspectiva y ofrece un punto de vista opresivo”. En cuanto a la fotografía, ha sido obra de Christophe Graillot -el mismo director de fotografía de Belle et Sebastian, l’aventure continue-, quien ha buscado “imágenes bellas, a la par que contrastadas”, señala.
El resultado, señala Elsa Zylberstein, es un filme “de carácter novelesco que puede ayudar a conmover al público y a interesar a los más jóvenes”. Y el propio autor de la historia, Joseph Joffo, va más allá: “Creo que Christian Duguay ha hecho la película de su vida”.
No es el primer proyecto del canadiense en torno al nazismo, ya que con Hitler: el reinado del mal (2003) ya indagó en esta época histórica, pero de este último proyecto, Duguay resalta “el reparto entre los que bajan la cabeza y los que se rebelan”. Porque como concluye Joffo, “hay que dar esperanza a los que nos leen, mostrarles que se puede sobrevivir con mucho coraje”. Y por increíble que pueda parecer, Una bolsa de canicas es una pequeña muestra de ello.
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