Bilbao - La gran boda de Rodrigo e Irene está a punto de llegar y Lucía no las tiene todas consigo para ganar la apuesta con su madre: necesita un traje ideal con el que acudir al evento pero que no sea de color negro, rematar su plan de dieta con un par de kilos menos en su báscula y, sobre todo, encontrar a un chico que quiera acompañarla de la mano en este día tan importante. En juego no está solo una casa en Torrevieja? Lucía se juega su amor propio y su corazón a todo o nada. Y sólo le quedan cuatro días para conseguirlo.

Esta tarde, Ciega a citas, la serie de Cuatro producida en colaboración con Big Bang Media, llega a su fin tras 140 capítulos en los que Lucía ha vivido un sinfín de avatares en su intento por ganar la apuesta que cerró con su inconformista madre, Maruchi. Protagonizada por Teresa Hurtado de Ory, a la que acompañan Álex Gadea, Octavi Pujades, Elena Irureta, Arantxa Martí, Joaquín Climent, Marta Nieto, Luis Fernando Alvés, Rubén Sanz y Belinda Washington, ha contado con la intervención de invitados como Antonio Resines, Carolina Bang, Silvia Tortosa, Pablo Puyol o Elena Ballesteros, que han participado en tramas capitulares.

“Me voy a quedar con muchas cosas de este personaje. Ha sido muy importante para mí, porque era mi primer protagonista en una serie diaria, con todo el esfuerzo y el trabajo que supone, y además me ha dado muchas lecciones que puedes llevarte para tu vida”, explica Teresa Hurtado de Ory. “Ciega a citas ha defendido un mensaje muy importante, que lo verdaderamente decisivo es quererse a uno mismo. Es fundamental. Luego ya vendrán los que te quieran”, confiesa entre risas. “El público se ha enganchado a unos personajes con los que le ha sido fácil identificarse, porque el guion es una maravilla. Entre todo el equipo hemos formado una gran familia y eso ha traspasado la pantalla”.

caos La redacción de MorninGlory celebra su maratón solidario para recaudar fondos y comprar las acciones de la empresa a Almazán, aunque la cifra que necesitan es elevada y nada garantiza el éxito. Rodrigo e Irene también están en una situación crítica: han tensado tanto la cuerda de su relación durante los preparativos de la boda que esta finalmente amenaza con romperse. Lo que debería ser un alivio para Lucía, pues así ganaría tiempo para vencer en la apuesta con su madre, termina convirtiéndose en un quebradero de cabeza: su corazón está dividido entre dos hombres, no consigue aclararse y, para colmo de males, Sergio está dispuesto a aceptar un empleo, lo que supondría decirle adiós para siempre. - DEIA