bilbao

lA sensación de quedarte aislado, sortear las dunas, la arena, recorrer un lugar casi vacío de personas y completamente desértico, encontrarte con pueblos míticos como los tuaregs o los beduinos", son algunas de las sensaciones que describe Jesús Calleja antes de partir a la competición en uno de los rallys más duros del mundo, el África Eco Race, nueva aventura para Cuatro y Energy.

Este nuevo reto del aventurero leones se celebrará entre el 30 de diciembre y el 11 de enero y cubrirá el recorrido desde Saint-Cyprien hasta Dakar pasando por España, Marruecos, Mauritania y Senegal. Energy emitirá resúmenes diarios de cada una de las 11 etapas que conforman esta prueba y, una vez finalizada la carrera, Cuatro ofrecerá dos programas especiales bajo el título Desafío extremo África Race que mostrarán toda la aventura y la dureza del recorrido.

El aventurero leonés, que vuelve a la competición del motor tras sus anteriores experiencias en el Rally de los Faraones y en el Dakar, se pondrá al volante de un vehículo todoterreno que recorrerá los 5.500 kilómetros de este trayecto. Calleja estará al frente del equipo Old Dakar formado por Jeeps de carrera adaptados por Manu Plaza para la ocasión, un vehículo de asistencia y un camión con mecánicos.

"El peligro está latente. Hay que extremar las precauciones y evitar en Marruecos los cortados porque te puedes caer en un guadí -un río seco-, o que un guijarro te destroce el coche y te obligue a abandonar la prueba. Son pistas muy rápidas y a veces te confías. También hay que sortear bien las dunas de Mauritania porque son blancas, absorben mucha temperatura, son blandas y eso hace que el coche se entierre literalmente", advierte Jesús Calleja.

Para afrontar este nuevo Desafío, competir al máximo nivel y salir airoso del África Eco Race hay que poner a prueba "todas las dotes de conducción, de inteligencia, de técnica, de estrategia y de suspicacia", asegura el presentador, que ve en las cinco etapas de Mauritania las más temibles: "no existe ningún lugar comparable a estas dunas. El que conduce por ahí tiene la máxima graduación que puede tener en un rally. No existe un lugar comparable en ningún sitio del mundo", explica el aventurero.

especialista en retos La gran apuesta de Desafío extremo África Race es competir, ganar posiciones en carrera y afrontar todos los problemas que se presenten en un territorio tan hostil y salvaje sin apenas ayuda, resolviendo con improvisación todo lo que acontezca.

Jesús Calleja tiene entre sus retos la ascensión en 2005 al monte Everest (8.848 metros de altura) y la ascensión entre 2006 y 2008 de las siete cumbres (las más altas montañas de cada continente, junto con las más altas de Norteamérica y la Antártida). Es también piloto de avioneta y helicóptero.

Es un hombre que le gusta estar en activo y lejos de la ciudad: "No podría vivir permanentemente en el asfalto, estoy en la ciudad para hacer papeleo y todas esas cosas que tienes obligación de hacer de vez en cuando. A mí lo que me gustan son los retos, las metas, ponerme objetivos y cumplirlos", ha señalado en más de una ocasión el aventurero de Cuatro.

Durante un tiempo trabajó en su tierra natal como peluquero, como la mayoría de su familia en León, y más tarde fue copropietario de la tienda familiar de coches que regentaba su hermano menor, Kike Calleja. Compaginaba esta labor con la de guía en expediciones por el Himalaya y los Alpes para una agencia de trekking y escalada. Eso le permitió, entre otras cosas, ascender numerosos picos como el Stok-Kangri (6.150 m), el Randung-Go (6.000 m) o el bautizado por él como pico León (6.300 m), así como intentar escalar el Labuche Kang II (7.072 m). Su relación con Nepal, cuya lengua domina, supera la del mero amante de la montaña, habiendo viajado allí en más de 40 ocasiones.

cambio de vida A los 37 años decidió dar un vuelco a su vida, abandonando todo por la montaña. En 2003 intentó su primer ochomil, el Cho Oyu; acudió sin porteadores, sin oxígeno y montando él mismo sus propios campamentos. Le acompañaban también Juanito Oiarzabal y Manuel Caballero y, si bien Juanito consiguió alcanzar la cima, Jesús y Manuel no pudieron debido al mal tiempo. Al año siguiente, en 2004, lo volvió a intentar con la ayuda de un sherpa y sin oxígeno, alcanzando los 8.201 metros del Cho Oyu. Ese mismo año consiguió coronar una montaña virgen de más de 6.000 metros situada en el valle del río Zanskar, en Ladakh, en el Tíbet indio, que fue bautizada con el nombre de Madrid por la paz con el objetivo de rendir homenaje a las víctimas del 11-M.

Siempre ha reconocido tener mucho respeto a las aventuras que realiza: "Sentir miedo no siempre es malo. El miedo y el respeto te obligan a ser más precavido a presentir que algo mal y a frenar. Tienes accidentes, pero la prudencia que mantienes en cualquier aventura hacen que no sean graves. Sabes que en muchos sitios te juegas la vida, la clave es la prudencia", sentencia Jesús Calleja.