June Ansoleaga: "Cuidaré los adjetivos: buen y mal tiempo no son lo mismo para todos"
Es el segundo fin de semana que explica el tiempo que ha hecho y el que hará. No esperaba que le encargaran esta tarea y admite que debutó con nervios, pero está encantada con su nuevo trabajo, con el equipo de 'Eguraldia' y con el universo de conocimientos que intuye
Bilbao. No había hecho nunca un casting, acudió para probar y desde hace siete días es una de las chicas del tiempo de la televisión pública vasca. Hasta ahora trabajaba como reportera en Informativos, donde estaba "muy contenta", y ahora afronta este nuevo reto con idéntico ánimo.
¿Tenía costumbre de trabajar los fines de semana?
No, siempre he estado en el turno de tarde, trabajando para los informativos de la noche. Ha sido un cambio de todo: de horario, de estilo de trabajo, de equipo,...
¿Qué le han dicho sus amigos?
Me echarán un poco de menos para salir, pero lo llevamos bien.
¿Qué impresión tiene de su 'entrenamiento' y estreno?
Me ha gustado mucho y tengo ganas de seguir aprendiendo. He estado ensayando con Urko Aristi, los compañeros y las meteorólogas y después de ese poco tiempo ya no me daba tanta vergüenza estar en el plató. Todos me han arropado y animado, además de enseñarme muchísimas cosas.
Antes no sería de las que salía de casa sin siquiera mirar por la ventana...
Tanto como eso sí hacía, pero de ahí a preocuparme por qué llega una tormenta o de cómo están las isobaras... Hasta ahora funcionaba a nivel de usuaria: si hace frío me pongo chaqueta: si hace calor, camiseta de tirantes. Como los domingos hacemos la previsión de la semana, ahora sé más o menos cómo hará cada día.
¿Seguía la información meteorológica?
En casa siempre se ha visto el Eguraldia, pero mi generación además usa aplicaciones en los móviles y otras nuevas tecnologías.
Pero los espacios dedicados al tiempo se han convertido en mucho más que dar la temperatura o anunciar si va a llover. Son divulgativos muy amenos e instructivos...
Ahora me he dado cuenta de todo lo que implica hacer un programa como este, que son muchos minutos, y también hacemos reportajes sobre temas tan variopintos como qué tiempo le viene mejor al pimiento de Ezpeleta. Cada día aprendo algo nuevo.
Igual le da por estudiar Física...
No creo, soy bastante mala para eso.
Lo que es seguro es que se va a convertir en una celebridad en su comunidad de vecinos...
Ja, ja, ja. Eso seguro. Las conversaciones en el ascensor van a tener contenido y todo.
De eso no le va a librar nadie...
Ya lo he comprobado, y eso que estoy empezando.
¿Le está pareciendo muy difícil la parte científica de este trabajo, no la periodística?
En los primeros ensayos me costaba mucho, pero el programa tiene una estructura bastante concreta y las meteorólogas me lo explican todo perfectamente para que yo lo interprete a mi manera y se lo explique a la audiencia.
¿Ha tenido la curiosidad de ver el vídeo del pasado fin de semana?
Pues sí, llegué a casa y me puse a ver qué tal lo había hecho. Se me hizo raro porque es un cambio de registro total: de hacer noticias de temas diferentes cada día a estar hablando yo sola durante tanto tiempo de un tema que es nuevo para mí. Además soy bastante quisquillosa y me fijo bastante en las cosas que hago mal.
Ha pasado de hacer reportajes en la calle a estar recluida en el plató, lo que tiene la ventaja de no tener que preocuparse de qué se pone para no pillar una gripe...
Desde luego, no echaré eso de menos... el frío que he pasado. Pero el trabajo me gustaba mucho. Ahora estoy contenta con el cambio y lo que toca básicamente es aprender.
¿Ha pensado en la responsabilidad que tiene el 'Eguraldia' por el número de espectadores y por cómo se toma la gente los pronósticos?
Es verdad que la información meteorológica cada vez se ve más y el Eguraldia tiene un respaldo increíble. No me imaginaba que era para tanto. Cuando me dijeron que querían que lo presentara yo también pensé en eso.
Tiene por delante un mundo inmenso con repercusiones en todos los ámbitos de la vida...
Cada vez ha cogido más importancia y el programa habitual suele ser de quince minutos: primero contamos lo que ha pasado, después lo que va a pasar en las próximas horas, la predicción para los próximos días, el estado de la mar, reportajes... Eguraldia tiene de todo.
¿Está preparada para las críticas de la audiencia? Unos dirán que se mueve mucho, otros que tiene tonillo...
Tendré que acostumbrarme, hasta ahora no me ha tocado porque en un informativo pasa más desapercibida tu labor. Intentaré hacerlo lo mejor que pueda, pero ya sé que las críticas van con el trabajo.
Si hay errores, ¿la gente tiende a pensar que la culpa es del presentador y no del observatorio, del satélite o de los meteorólogos?
A mí ya me han advertido que la Naturaleza es así, que un cambio repentino da al traste con todos los modelos. Al final la persona que da la cara es el presentador y es cierto que la gente le va a echar la culpa, pero esto no es una ciencia exacta.
¿Le han inculcado ya eso de que más allá de 48 horas no es fiable ningún pronóstico y es mejor no aventurarse?
No es que me lo hayan inculcado, pero tal y como veo yo que cambia el tiempo cada día ya sé que es muy difícil. Puedes decir que los modelos indican una cosa pero no asegurarlo al cien por cien.
¿Tiene querencia por las témporas o por otros métodos poco científicos de predicción a largo plazo?
No, en mi entorno no conozco a nadie que haga caso a las témporas ni a si las vacas están sentadas.
¿Tiene filias y fobias meteorológicas?
No muchas, pero es verdad que me gustan más la primavera y el verano, aunque no soy mucho de tomar el sol pero sí de salir a la calle y de hacer planes.
Además de saber lo que va a hacer en tierra, tienen un apartado dedicado al mar. ¿Es como una asignatura aparte?
Totalmente, en eso sí que he tenido que empollar un poquito más porque no tenía ni idea. Es lo que más me está costando.
¿Usted no practica ningún deporte acuático, como su compañera Ana Urrutia, en el que sea importante saber de olas?
En el mar no, solo me gusta para darme un baño en verano. Soy más de ir en invierno a la playa.
¿Es consciente de que hay que tener cuidado con hablar de buen o mal tiempo porque no significa lo mismo para todos?
Sí, claro. De hecho las últimas semanas, que ha habido bastante viento Sur, mucha gente nos ha escrito para decir que le molestaba. Espero tener cuidado con los adjetivos porque ya sé que todo el mundo no piensa igual.
¿Le emociona la aportación de todos los espectadores que les envían fotos?
Es precioso y hay mucha gente que saca fotos casi todos los días a primera hora de la mañana y nos las hace llegar enseguida. Tienen ese chip de que Eguraldia es un portal para ellos y llega cada maravilla...
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