Terra nova, una de las series más esperadas de la temporada, llegará mañana por la noche a Cuatro (tras su estreno en Fox hace tres semanas). Como todo lo que lleva el sello de Steven Spielberg, aunque solo sea en la producción ejecutiva, su rodaje ya se convirtió en noticia y despertó una expectación inusitada. Demasiada tal vez, como ya sucedió con Falling Skies (estrenada en septiembre también en la cadena del punto rojo y antes en TNT). Terra Nova es una ficción correcta y de gama alta, muy ambiciosa; pero una vez más juega en su contra el recuerdo de Perdidos. No es su heredera, ni lo pretende aunque, curiosamente, podría haberse rodado también en Hawai si no lo hubiera vetado Spielberg, que quería un escenario distinto al de Parque Jurásico. Terra Nova sí incluye elementos fantásticos, pero su estructura narrativa es totalmente ortodoxa. Sí tiene un punto de partida inquietante, pero enseguida se deja de filosofías. Sí es una serie coral, pero mucho menos que la de los supervivientes de la famosa isla. Sí hay buenos y malos, pero se distinguen claramente.
Terra Nova arranca en el año 2149 y esa fecha siempre está presente. Dentro de 137 años, el desastre medioambiental es absoluto, con la Tierra superpoblada y supercontaminada. La Humanidad se ve obligada a emigrar, pero no lo hará a otro planeta, sino a otro tiempo: unos cuantos elegidos viajan al pasado en sucesivas oleadas para reparar los errores cometidos y salvar la especie. Su destino está 85 millones de años atrás, en pleno Cretácico, donde fundan la colonia de Terra Nova, un territorio aparentemente idílico salvo porque en él habitan todo tipo de dinosaurios y un grupo de disidentes, conocidos como Los Sextos por haber viajado en la sexta peregrinación. En la décima se embarcan los protagonistas, la familia Shannon, compuesta por los padres y tres hijos (de 17, 15 y 5 años), cantidad muy mal vista y castigada con la cárcel porque en aquellas fechas solo se puede tener dos retoños. Lo de menos para la narración es la verosimilitud de la brecha en el portal temporal (que podría remitir a Fringe) y tampoco importa el modelo de civilización del siglo XXII, un aspecto que parece de interés en el arranque pero que se deja al margen.
La serie se centra en la adaptación de los Shannon al nuevo ecosistema, en el que se puede respirar sin mascarillas pero a cambio existe el riesgo de ser devorado por algún dinosaurio no vegetariano. Rodada en espectaculares parajes australianos, concretamente en Queensland, tiene unos efectos digitales correctos, lo que convierte a Terra Nova en una fusión de Parque Jurásico y Avatar. En el primer caso, esta comparación se refuerza por la presencia de animales prehistóricos y del paleontólogo Jack Horner como asesor científico en ambas producciones. En el segundo caso, la similitud se amplía por la presencia en el reparto del actor Stephen Lang, que en esta ocasión es el comandante Taylor y en la película de James Cameron interpretaba al coronel Quaritch.
Sin embargo, y aunque es ---probable que firme una segunda temporada, Terra Nova no parece destinada a entrar en la historia ni mucho menos a ser una serie de culto. La acusación más grave que se le puede hacer es que sacrifica aspectos que podrían haberle dado relevancia en aras de construir una ficción apta para todos los públicos. De hecho, lo más cargante de los primeros capítulos son las historias de amor adolescente que viven los dos jóvenes Shannon, aunque las tramitas románticas también se extienden a la madre y a un antiguo novio, pero estamos ante una familia demasiado perfecta cuando no es eso lo que triunfa ahora en televisión. La serie es blandita y no aprovecha el filón que podría haber sido el desastre del siglo XXII ni las inmensas posibilidades que abre retroceder al pasado para construir una civilización con sus propias leyes. Los personajes son muy planos, sin carisma, y la serie se pierde en vericuetos policiales domésticos y en conflictos paterno-filiales sin avanzar en los enigmas que podrían enganchar al espectador más exigente y que le darían el vuelo dramático exigible a una serie con estos padrinos.