Dos vascas conquistan "La ruta del dragón"
Las hermanas eibarresas Belinda y Sandra Crespo ganan el concurso de Cuatro "Pekín Express"
Bilbao. En uno de los finales más apasionantes del programa Pekín Express, de Cuatro, las eibarresas Sandra y Belinda Crespo conquistaron el domingo La ruta del dragón. Sandra, administrativa -de 35 años- y Belinda, teleoperadora -de 28 años- son hermanas. La primera reside en Eibar, donde vive con su marido y su hijo, y la segunda es soltera y reside con su novio en León. Desde que entraron en el concurso de Cuatro, tenían un objetivo claro: aprovechar el programa para volver a sentir la complicidad que las unía cuando vivían juntas. Y fue precisamente esa distancia que les mantenía separadas desde hacía tiempo, el motivo que animó a Belinda a pedir a su hermana emprender juntas esta aventura juntas que ha durado casi dos meses, del 12 de abril al 28 de mayo.
"Me costó un poco convencerla al principio para que me acompañara en esta aventura, pero enseguida accedió, porque me conoce y sabe que me gustan estas cosas. Ella quiso complacerme, y creo que lo hizo como un regalo para mí, pero a lo largo de las etapas ha habido momentos muy duros física y psicológicamente. Ya me ha dicho que no se apunta a otra", confiesa.
A nadie podrá extrañarle que Sandra atravesara "un fuerte bajón" en mayo, porque su hijo de nueve años hacía la comunión y ella no estaba en casa para la celebración. "Fue muy duro para ella y quería irse para casa", reconoce Belinda. "En esos momento pensé que era el final de la aventura y nos volvíamos, pero al ver en un periódico de Vietnam que la etapa tenía sorpresa, lo interpreté como una señal de que debíamos seguir adelante y no dejarnos ganar", recuerda la más joven de las dos hermanas.
"Una vez superado el trance", siguieron de buena gana hasta el final, con tanto empeño que lograron conquistar La ruta del dragón y el premio de 45.000 euros.
Belinda y Sandra tienen pensado gastarse parte de este dinero en un viaje de placer por Europa acompañadas de Olga, la mayor de las tres hermanas, cuenta Belinda.
Deportistas y competitivas Ambas mujeres están acostumbradas a competir y su meta era ganar a cualquier precio. Y lo han conseguido. "Es un programa en el que el esfuerzo que inviertes es muy gratificante, porque luego siempre te recompensa, no solo cuando ganas, sino por la gente que te encuentras en el camino, todo lo que conoces y las experiencias con las que vuelves a casa", afirma.
Las dos han practicado siempre diferentes deportes, Sandra hacía atletismo, cross, fútbol, y aunque ahora no los practica desde que es madre, sigue yendo al gimnasio y procura estar en forma. Por su parte, Belinda ha practicado gimnasia rítmica durante muchos años, y ha jugado al fútbol, pero reconoce que, ahora los horarios le limitan a correr e ir al gimnasio.
El momento más emocionante que han vivido fue al final de la etapa que protagonizaron el domingo. "Cualquiera podía haber ganado, nos tocó enfrentarnos a la última prueba con dos personas como Manolo y su hija Marta, dos concursantes muy preparados, encantadores, de gran corazón, y con los que nos hemos entendido muy bien. Afortunadamente fueron ellos y no los azafatos, con los que no nos llevábamos nada bien. Al final, la suerte nos favoreció cuando más la necesitábamos y ganamos nosotras. Por supuesto, estamos tremendamente contentas y satisfechas", explica Belinda, quien se describe como una mujer aventurera, a la que le gusta vivir el día a día disfrutando de las cosas bonitas.
Belinda no sabe especificar qué ha sido lo mejor de esta experiencia para ellas, porque "es todo", asegura. "La gente, los paisajes maravillosos que hemos visto y atravesado, los olores, y lo que aprendes", concreta. Como lo peor de esta experiencia, "el tener que pedir a gente que no tiene nada que te den algo para comer o te dejen un sitio para dormir. Es duro pedir a quien no tiene siquiera luz ni agua, pero son realmente los que carecen de todo los que más te dan", asegura.
Cinco países Durante esta experiencia han atravesado cinco países, Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia y la etapa final en Bali (Indonesia). Han sido muchos días, semanas juntas que les han permitido conocerse mucho mejor que antes. "Para mí, mi hermana es ahora mucho más amiga que antes, hemos descubierto aspectos la una de la otra que no conocíamos y hemos salido muy fortalecidas y unidas de esta experiencia", confiesa Belinda.
"Puede que el programa muestre mucho más la parte más conflictiva, nuestras discusiones y cabreos, pero en realidad toda la aventura en su conjunto ha hecho que estemos mucho más unidas", asegura. A la pregunta de si estaría dispuesta a participar en otro concurso, como el Conquistador del fin del mundo, contesta: "¿Dónde hay que apuntarse?" Belinda no lo duda, aunque reconoce que para un reto así tendría que ponerse mucho más en forma a nivel físico, aunque a nivel mental se ha demostrado a sí misma que es capaz de mucho. "Esta aventura nos ha servido para quitar miedos y con ella yo me he demostrado a mí misma que, aunque no sepa inglés, soy capaz de arreglármelas en cualquier situación. Pero sobre todo, he aprendido a ser paciente".
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