madrid. Con una media de cuatro millones de espectadores semanales, Gran Reserva se ha convertido en la serie revelación de la temporada, gracias a que al toque de "melodrama y culebrón" se han añadido tramas de thriller, que le han permitido agrupar a "diferentes tipos de público", dice su creador, Ramón Campos. En Euskadi, se trata de la serie más vista, como se evidenció el pasado jueves, cuando 222.000 personas no se perdieron el último capítulo de la temporada.

Estos datos sitúan a Gran Reserva en el primer lugar del ranking de audiencia de la televisión en Euskal Herria, con un 27,4%. En el caso de la totalidad del Estado, 3.746.000 espectadores constituyen un 23,5% de la audiencia. Águila Roja y Amar en tiempos revueltos la seguirían por número de espectadores.

Y si el drama se hizo protagonista en el penúltimo capítulo, con la muerte de una nieta de Vicente Cortázar (Emilio Gutiérrez Caba), el final de Gran Reserva se dedicará a solventar quién disparó a su hijo Miguel (Tristán Ulloa), además de cerrar otros "misterios principales de la serie", ha explicado Campos.

"Me da rabia cuando te dejan con algo pendiente", añade el productor ejecutivo y guionista de Gran Reserva, quien avanza que el personaje de Miguel, "el malo que se volvió bueno", lanzará las tramas de la segunda temporada, cuando deba elegir "entre el bien y el mal para volver a ser lo que era".

Gran Reserva contará con una segunda entrega de 13 capítulos que comenzarán a rodarse en agosto; en ellos habrá muertes, "siempre verosímiles", y nuevos personajes, que Campos prefiere no adelantar, aunque sí explica que algunos que estaban "aletargados" tendrán más protagonismo, por ejemplo Daniel Reverte (Ricard Sales) y Sara Gracián (Alejandra Lorente), la novia de Pablo (Francis Garrido). Este cúmulo de pasiones se trufará con más toques de thriller, ha apuntado el productor, a quien le gusta "hacer ver que está dando un género, pero ofrecer otro", como hizo en Desaparecida, la serie de TVE con la que se dio a conocer. Todo ello con un presupuesto ajustado a la crisis económica, con una reducción de entre un 10% y un 15%, "como están haciendo todas las cadenas", reconoce Ramón Campos, socio de Bambú producciones, con la que trabaja para TVE.

"Se bajan los presupuestos, pero no los sueldos, y mantener la misma calidad se hace más complicado", apuntó el productor, que sitúa su serie en el coste medio de la mayoría, entre 400.000 y 450.000 euros por capítulo. Aunar las facetas de productor y guionista es para Campos otra de las claves del éxito de la exitosa serie Gran Reserva, ya que le permite supervisar totalmente la parte creativa. "No me gusta que los realizadores o la gente que no es creativa controle al final la serie", precisó.

También ha ido adaptando los guiones a la personalidad de los actores y, curiosamente, el personaje de Vicente Cortázar no aparecía en la idea original; era su esposa fallecida, Rosalía, quien encabezaba la familia de bodegueros. "Pero cuando vimos a Emilio Gutiérrez Caba le dimos la vuelta", comenta Campos, quien con este personaje ha querido hablar en este final de las "consecuencias del nacionalismo, en este caso a pequeña escala, de cómo darle tanta importancia al terruño, a la sangre, no tiene sentido y al final se pagan las consecuencias".

éxito grato "Fue una sorpresa que funcionase", reconoce su creador, tras la "dura" experiencia de Guante blanco, otra de sus creaciones, que TVE ha repuesto los lunes con escaso éxito de audiencia, causa por la que desapareció de la parrilla tras emitir tres episodios en 2008.

De todas formas, reconoce que la ausencia de publicidad en la cadena pública le ha permitido jugar con ventaja a la hora de escribir Gran reserva, puesto que "te permite una narrativa diferente, como la de una película, en la que no son necesarias las reiteraciones", concluye. La iluminación es uno de los aspectos en los que incide el productor, en un plató en el que ha preferido perder espacio de perímetro para que las luces confieran una ambientación "natural".