¿Se imagina estar en su propia casa y sentirse observado por la cámara de seguridad de un vecino? Algo así lleva sintiendo meses Javier, un residente de una urbanización que se encuentra en el barrio de Deusto, muy cerca de Arangoiti.
Su situación se volvió insostenible hace meses, cuando el hombre que vive en el adosado de enfrente de su casa, y con el que había tenido varios encontronazos previos, instaló una cámara de seguridad en su puerta, enfocando directamente a su propiedad.
Esa fue la gota que colmó el vaso en la fatídica relación con su vecino. “Lleva desde 2022 obsesionado con mi mujer, incluso la ha llegado a acosar”, confiesa dolido. Sus conflictos nacieron cuando este vecino comenzó a aparcar su vehículo obstaculizando la salida del domicilio de Javier. A partir de ahí, para este deustotarra comenzó una pesadilla en la que no ha encontrado el respaldo de ningún miembro de la comunidad. “Le comuniqué el problema a la administradora de fincas pero no ha hecho nada. Tardó una semana en contestarme y no me ofreció ninguna solución”, señala.
El siguiente paso fue acudir al presidente de la comunidad de vecinos para convocar una reunión extraordinaria para tratar el tema, aunque aún no se ha materializado. Tras años de conflictos y meses sintiendo que su intimidad estaba siendo vulnerada, el 18 de abril decidió poner una denuncia en una comisaría de la Ertzaintza.
“Lleva desde 2022 obsesionado con mi mujer, incluso la ha llegado a acosar”, confiesa
“Me ha costado pero al final he optado por intentar arreglar esto por la vía legal, denunciándolo por acoso contra la intimidad. La cámara enfoca directamente al salón y a la terraza de arriba de mi casa, algo que consideramos una vulneración clara de nuestra privacidad”, señala. Una vez interpuesta la denuncia, ya ha recibido una citación para declarar como perjudicado en un juzgado durante el mes de junio.
Cuando es cuestionado por si ha probado a afrontar el tema de frente, tratándolo personalmente con el denunciado, confiesa que ya no quiere hablar nada con él. “Yo nunca le he perjudicado en nada y con este señor ni hablo ni quiero hablar”.
"Prefiero enfrentarme yo a él"
Su mujer vive con miedo este episodio de enfrentamiento vecinal. “Ella teme que le diga algo cada vez que se cruza con él. Cuando va a trabajar lleva encima un botellín de agua como arma improvisada, por si acaso el asunto va a mayores y necesita defenderse. Sin embargo, siempre le digo que chille si pasa algo, prefiero enfrentarme yo a él”, confiesa.
"Deberán enfocar siempre dentro de los límites, es decir, sin captar imágenes de la vía pública", explican desde el Colegio de Administradores de Fincas de Bizkaia
Para intentar aportar algo de luz a este tipo de problemas entre vecinos, el Colegio de Administradores de Fincas de Bizkaia comparte a través de su página web los requisitos que deben cumplir las cámaras de seguridad que se instalen en comunidades. Tal y como señalan en esta información, a pesar de contar con la aprobación de la junta, únicamente se podrán instalar en las zonas comunes de la propiedad. Por otro lado, deberán enfocar siempre dentro de los límites, es decir, sin captar imágenes de la vía pública. Según señalan, tampoco podrá captar elementos de uso privativo de otros vecinos, como patios y terrazas.
Además, desde la Agencia Española de Protección de Datos hacen especial hincapié en que deberán instalarse carteles informativos de que se accede a una zona videovigilada.
En ese aspecto incide también Ascroin S.A., una empresa que se dedica a la videovigilancia en Bizkaia y que conoce de primera mano los entramados legales en este tipo de situaciones. “Efectivamente no se puede grabar sin avisar de que se está haciendo. La persona que pueda sentir que su privacidad está siendo invadida tiene derecho a solicitar que se borren las imágenes en caso de ser cierto”, concluye una de sus trabajadoras que prefiere no desvelar su identidad.
Según esta experta, lo primero que hay que conocer es si de verdad se está grabando. “En la mayoría de los casos los dispositivos no están recogiendo imágenes realmente, simplemente se utilizan de forma disuasoria”, asevera.
Como sucede en este caso, en las situaciones de este tipo que se llevan a cabo en una comunidad de vecinos es necesario aprobarlo en una junta, a no ser que esté establecido previamente en sus estatutos.