En 2023 Mikel Díez y su pareja contrataron un vuelo privado por Segovia, pero no fue hasta este pasado fin de semana cuando se decidieron a realizarlo. Tres días antes de la fecha programada para el vuelo, la empresa les avisó de que se trasladaban de aeródromo de Villacastín Eduardo Castellanos al aeropuerto de Tiétar en Toledo, y que sería desde ahí desde donde partirían.

"No nos importó y nos desplazamos hasta allí, porque teníamos muchas ganas de realizar el vuelo", explica Díez a este periódico. Al llegar, su emoción era máxima, ya que llevaban meses esperando aquel momento. Sin embargo, su ilusión se esfumó de un plumazo cuando en el vuelo anterior a ellos la avioneta perdió una de las ruedas.

"A los diez segundos de despegar la avioneta perdió una de las de las ruedas", relata Díez aún asombrado. "El piloto no tenía walkie, así que no podíamos contactar con él. Tuvimos que llamar, junto al responsable del aeródromo, a los pasajeros que llevaba y avisarles de que habían perdido una de las ruedas", cuenta.

Fue entonces cuando los planes del piloto cambiaron por completo. Con más de mil horas a sus espaldas, Aaron Parra tomó la decisión de agotar el combustible antes de descender. "Si no les hubiéramos avisado podrían estar muertos", asegura Díez.

La inspección prevuelo era favorable

"Hice lo que haría cualquier piloto responsable, aplicar el procedimiento", explica a DEIA el piloto al mando en aquel vuelo. Y es que, asegura, que son situaciones "que pueden ocurrir" y para las que "están preparados". "Nosotros estudiamos y también practicamos cómo descender sin rueda", cuenta Parra.

Y es que, aunque son ocasiones contadas las que ocurre, cuando pasa, hay que tener el aplomo necesario para solventar la situación, algo que, afortunadamente, ocurrió. "Yo había hecho la inspección prevuelo correspondiente y el estado de la aeronave permitía realizar el vuelo, pero hay cosas que el ojo humano no ve. Si el torno está cedido es indetectable porque el peso de la aeronave lo sujeta, pero en el despegue, al movimiento, se cayó y se desprendió", explica.

"Si yo lo hubiera visto, jamás hubiera salido a volar, pero son cosas que pueden ocurrir y por eso conocemos los protocolos a realizar ante estos hechos fortuitos", matiza.