En la habitación de Alex, en su domicilio de Bilbao, reina la calma. Su madre, Ana Claudia Ionita, cuenta que con este tiempo invernal se pasa gran parte del día durmiendo. Poco más puede hacer, postrado como está en la cama, con un 95% de discapacidad, tras recibir hace dos años y medio una brutal paliza por parte de una veintena de individuos en Amorebieta. El joven, con graves secuelas neurológicas, permanece ajeno al juicio a los siete acusados mayores de edad, que comienza hoy en Bilbao. El tema está vetado, para evitar que se altere, entre las cuatro paredes de su cuarto, donde Ana Claudia logra arrancarle una amplia sonrisa mencionándole la coca-cola, su bebida favorita. Le bromea, le coge de la mano, le besa. La procesión va por dentro.

Ya en el salón, acompañada de la abogada de la familia Mariana Tulbure, también rumana, que le hace de traductora, Ana Claudia reconoce su intranquilidad. “Insomnio no tengo, pero, según se acerca el juicio, me voy poniendo cada vez más nerviosa”, confiesa. Aun así, asegura tener el “ánimo” suficiente para enfrentarse a la primera sesión del juicio, que se celebrará hoy en la Audiencia de Bizkaia, donde está previsto que declaren los padres de Alex, tras un biombo, y los procesados.

Aunque hace un par de meses Ana Claudia no quería saber nada de los agresores ni que le pidieran perdón, en vísperas del juicio se plantea la posibilidad de solicitar que en el último momento le retiren el biombo para ver sus rostros. “Les quiero mirar a la cara y que ellos también me miren, a ver si se atreven a mirarme”, afirma y añade que no le preocupa la posibilidad de cruzarse con los acusados o sus familiares en el exterior de la sala. “No les voy a hacer caso, no temo a nada”, dice.

Con “ganas de terminar cuanto antes” con el proceso judicial y seguir con su vida, totalmente dedicada a la recuperación de su hijo en un centro privado de Barcelona, Ana Claudia comparte sus expectativas. “Del juicio espero que haya una condena para toda la vida, aunque nada me va a satisfacer”, admite, dado que Alex sufre secuelas irreversibles, pese a que ha empezado a comer por boca y a esbozar algunas palabras.

En el último TAC que le han realizado al joven se reflejan los daños que sufre en el hemisferio izquierdo de su cerebro. “A finales de este mes vamos a tener la cita con el neurólogo y nos va a explicar si es posible que le haga la cirugía para ponerle la prótesis del hueso que le falta”, explica la abogada de la familia. Ana Claudia confía en que con esta intervención mejore y se eviten riesgos. “Me ha contado la madre que ya se ha caído en otras ocasiones y hay riesgo, si se golpea donde le falta el hueso, de que se haga mucho daño”, se hace eco Mariana Tulbure.

El juicio, que comenzará hoy en la Sección Primera de la Audiencia de Bizkaia, se prolongará durante nueve sesiones -al menos, hasta el próximo día 25- en las que declararán agentes de la Ertzaintza, dos agentes de la Guardia Civil de Burgos, agentes municipales de Amorebieta y Barakaldo, testigos, peritos y médicos forenses. La Fiscalía pide 14 años y 8 meses de cárcel para los acusados por un delito de asesinato en grado de tentativa, mientras que la acusación particular solicita la prisión permanente revisable por pertenencia a un grupo criminal.