El Centro Penitenciario Gipuzkoa ha registrado esta mañana el fallecimiento de un interno que se encontraba en la celda de la enfermería, tratándose una dolencia física. Personal del centro ha acudido, a las 08.00 horas como es habitual, a abrir las celdas y controlar la situación de las personas privadas de libertad, cuando han detectado que un interno que estaba en la zona sanitaria había fallecido.

Inmediatamente se ha activado el protocolo en estos casos, informando de la situación a la dirección y al Juzgado de Guardia, que ha procedido al levantamiento del cadáver.

Se trata de un hombre de 57 años que se encontraba en situación preventiva en el centro guipuzcoano. El interno se encontraba solo en la celda y no presentaba signos externos de violencia.

Al igual que ocurriera ayer en el CP Araba, la dirección de Justicia ha abierto un expediente para determinar las causas del fallecimiento.

Asimismo, se ha informado a la familia y allegados del fallecido y, tal y como ha explicado la consejera Nerea Melgosa, “el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales ha puesto a su servicio los recursos necesarios para sobrellevar esta situación tan dura y difícil”.

Ha sido la propia consejera Melgosa, que se encontraba en un acto en Gasteiz, quien ha informado de este nuevo fallecimiento. “Esta es la segunda muerte en 24 horas, algo nada habitual en tan corto tiempo, pero que sí está dentro de las variables con las que trabaja el personal penitenciario sanitario”, ha dicho en referencia al fallecimiento registrado ayer en el CP Araba.

En relación a las iniciativas para evitar los suicidios en prisión, Melgosa ha informado de que estos protocolos “están en continua revisión y está claro que todo es mejorable, pero puedo asegurarles que los y las profesionales que trabajan en los centros penitenciarios están a un alto nivel”, ha dicho, al tiempo que explicaba que “cada día se enfrentan a situaciones complicadas por los perfiles de personas internas a las que tratan”.

En la última década, los centros penitenciarios vascos han registrado el fallecimiento de 25 personas privadas de libertad, tres de ellos registrados desde que el Gobierno Vasco asumiera la gestión penitenciaria.