BILBAO. Según la sentencia, hecha pública hoy, el acusado, nacido en Burkina Fasso y con residencia legal en España, acudió la tarde del 3 de mayo del 2016 al domicilio de la mujer, en Basauri.

Cuando ambos estaban en uno de los cuartos de la vivienda, "por motivos no aclarados", el hombre golpeó en la cabeza con una porra de madera a la mujer, "con ánimo de acabar con su vida", según describe la sentencia.

La agresión con golpes en la cabeza continuó hasta que la porra se partió en dos. Después, "con renovado propósito de eliminarla", el hombre usó una daga ornamental sin filo para intentar cortarle el cuello a la mujer, pero tampoco lo logró.

Además, con un cuchillo le lanzó varias puñaladas al cuello. La mujer fue alcanzada por varias cuchilladas pero logró evitar el fatal desenlace, al tener ambos brazos cruzados protegiéndose rodeando el cuello.

Como no conseguía acabar con la vida de la mujer, el hombre tomó una almohada y se la colocó a la mujer en la cabeza para tratar de asfixiarla, llegando a causarle una fractura abierta de nariz.

La víctima consiguió hacerse con una tijera, que clavó al hombre. Esta circunstancia, unida al cansancio acumulado, provocó que el hombre desistiera momentáneamente de su propósito.

Sin embargo, mantuvo a la mujer desnuda de cintura para abajo, llegando a colocar en sus genitales un pincho de trinchar pollos, con el que la amenazaba cada vez que gemía o se quejaba de las heridas.

La situación siguió hasta las dos de la madrugada, cuando una tercera persona -la mujer del agresor- acudió a la vivienda. El acusado, pensando que era la Policía, trató por última vez de acabar con la vida de la mujer, intentando clavarle en la sien el pincho de trinchar pollos, pero no lo consiguió, ante la entrada de la tercera persona.

Acto seguido el agresor abandonó precipitadamente el domicilio. La mujer fue evacuada al Hospital de Cruces, donde permaneció ingresada 39 días.

El acusado fue detenido e ingresó en prisión el 5 de mayo del año pasado. En el juicio reconoció los hechos, y ha aceptado la pena de ocho años.