Bilbao - El responsable técnico de Emergencias del Gobierno vasco, Gaizka Etxabe, no quiere aventurar plazos ni fechas sobre cuándo pueden llegar a rescatar el cuerpo sin vida del joven espeleólogo fallecido en la Torca de Arañaga, en Galdames el jueves, porque “la situación es muy compleja”. Lo único que puede decir es que la operación “va a ser muy lenta”. La estrechez de la cueva y el peligro de derrumbamiento en muchos de sus tramos hacen más complicados los trabajos. Y como, desgraciadamente, ya no pueden hacer nada por la vida de José Antonio Gambino, desde el Gobierno vasco aseguran que “lo importante es la seguridad de las personas” que participan en el operativo.

Técnicos de Minas de Asturias se sumaron ayer al operativo de rescate para hacer una valoración de la situación y diseñar una estrategia a seguir. Según señaló a DEIA, Gaizka Etxabe, responsable técnico de Emergencias del Gobierno vasco, los expertos asturianos aconsejaron que “hay que asegurar desde el principio, cada paso que se dé porque el riesgo de desprendimiento y de colapso es muy grande”. Así que los miembros del equipo de rescate, formado por ertzainas de la Unidad de Montaña, bomberos y espeleólogos, va a seguir realizando voladuras controladas, un posterior desescombro y lo más importante, el apuntalamiento de cada paso que vayan dando. “Para nosotros el factor tiempo no cuenta”, decía Gaizka Etxabe, “pero sí el factor riesgo”. Eso significa que “lo primero es la seguridad de las personas que están participando en el operativo”. Y también insistía el responsable técnico de Emergencias en que “esto va a ser muy lento”.

El alcalde de Galdames, Asier Larrucea, que está informado en todo momento por los servicios de rescate, coincidía con los técnicos del Gobierno vasco en que “la situación es complicadísima”. “Se ha llegado un punto muy estrecho en el que no se pueden poner estacas de madera para hacer el apuntalamiento”, señalaba.

Desde que se iniciaron los trabajos para intentar llegar a la zona donde se encuentra sepultado el cuerpo de José Antonio Gambino apenas han avanzado. Los equipos de rescate bajan sin problemas hasta una profundidad de unos 15 metros, y desde allí pasan a un lugar “más seguro”, pero a partir de ese punto se encuentran con un “embudo” muy estrecho “en el que solo puede entrar una persona y sin arnés”.

En ese punto es donde comienzan las dificultades ya que hay desprendimientos y la roca es muy endeble. Según explicó el alcalde, “van a tener que taladrar la pared para poder apuntalar la zona con placas de hierro, que, precisamente, las van a hacer en un taller de Galdames”.

Apoyo Ese detalle confirma el grado de colaboración que el pueblo de Galdames está llevando a cabo desde que se supo que el espeleólogo santurtziarra había fallecido en el interior de la Torca de Arañaga. Desde el Ayuntamiento, según informaba el alcalde, han puesto en marcha diversas medidas de apoyo tanto para la familia como para el personal que está trabajando en turnos ininterrumpidos en la operación de rescate. Desde el primer momento el Consistorio habilitó unos locales municipales para que los familiares de José Antonio pudieran estar tranquilos siguiendo las evoluciones del rescate. Por otra parte, en el frontón de la localidad encartada se dispuso de camas y servicios para las más de ochenta personas que trabajan día y noche por rescatar el cuerpo del joven espeleólogo.