El origen del fuego en el incendio de Bermeo centra la disputa entre seguros
Siete compañías aseguradoras reclaman en el juicio que comenzó ayer en Bilbao las indemnizaciones ya pagadas
Bilbao - Cuatro años después de que un incendio devastase cuatro edificios y afectase a una docena de inmuebles del casco antiguo de Bermeo, los damnificados siguen sin saber cuál fue el foco del fuego. Precisamente en torno a esta cuestión giró ayer la primera sesión del juicio en la que toman parte siete aseguradoras. Durante la vista oral, que se desarrolla en Bilbao esta semana y parte de la próxima en Gernika, el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de la localidad foral intentará dilucidar quién fue el responsable del incendio, y, por tanto, qué compañía deberá abonar las indemnizaciones ya pagadas a las cerca de setenta personas que perdieron sus hogares.
Las aseguradores de los vecinos afectados reclaman a las compañías de seguros responsables de las pólizas del número 23 de la calle Juan de Nardiz y del bar ubicado en sus bajos, ya que fue en este edificio donde, al parecer, se originó el fuego, aunque todavía está sin determinar el punto exacto. Además de las compañías de seguros, también se personaron en el juicio algunos de los vecinos afectados, al considerar insuficiente el dinero recibido en concepto de indemnización abonada.
Sobre la mesa se plantearon varias cuestiones, como quién es el responsable del edificio, dónde se produjo el fuego y si hubo o no negligencia a la hora de realizar el mantenimiento del bar y del inmueble. Aunque no se llegó a aclarar dónde se generó el fuego, lo que sí fue corroborado por testigos y ertzainas que declararon fue el estado ruinoso en el que se encontraba el edificio.
El primero en pasar por el estrado fue Eugenio Garalde, que en el momento del incendio tenía arrendado el bar Athletic, ubicado en los bajos del inmueble deshabitado. Según declaró, subarrendó el bar en enero de 2013 a la titular que tenía traspasado el local, y solo sustituyó un calentador de gas por un termo eléctrico, de cuya instalación se ocupó su hijo, después de que en la revisión de la empresa de gas detectaran deficiencias. En su declaración, Garalde relató que “enchufó” el nuevo calentador a un enchufe que ya existía cerca del termo. “No utilizamos un alargador ni modificamos el sistema eléctrico para instalar el termo”, concretó. El arrendatario del bar relató que la noche del incendió -del 10 al 11 de abril de 2013 -cerró el bar a las 22.30 horas y que, como siempre, “desconectó” el interruptor del termo eléctrico. También explicó que desconocía quién era el propietario del inmueble en el que se ubicaba el bar que regentaba, pero sí relató que su hijo había subido a los pisos superiores y que “estaba en muy mal estado, con techos hundidos y suelos con agujeros”.
Posteriormente compareció el matrimonio formado por Juan Ramón Bustunduy y Amaia Arketa. Esta última había sido declarada heredera por un juzgado de Logroño de la usufructuaria del edificio, Anita Baraizarra, que falleció en 2009, fecha hasta la que cobraba la renta del bar a los distintos inquilinos. Tanto el hombre como la mujer negaron que fueran propietarios del inmueble, pese a que, tras el fuego, reconocieran que habían cobrado una cantidad de la compañía de seguros en concepto de indemnización, cantidad que les fue posteriormente reclamada. En 2014, tras el incendio, renunciaron a ser herederos.
“Lo perdí todo” Además de las aseguradoras, también se personaron cinco afectados que consideran que les debían indemnizar con más dinero. Gorka Gómez es afectado y er-tzaina que el día del incendio se encontraba fuera de servicio. Gómez fue una de las primeras personas que acudieron al lugar, ya que vivía en un inmueble ubicado frente a uno de los edificios quemados. “Lo perdí todo”, declaró. Gómez cobró una cantidad de su seguro, pero tuvo que comprarse otra vivienda y ahora paga dos hipotecas. “Nunca voy a recuperar lo que perdí, pero reclamo unos 45.000 euros más”, puntualizó. Gómez relató que cuando llegó vio “lenguas de fuego” en el primer piso, luego “cogió fuego la segunda planta. El viento sur hizo que el fuego se propagase con rapidez”.
Una de las cuestiones que se repitió durante la vista oral fue la sustitución por parte del arrendatario del bar de una caldera de gas por un termo eléctrico. Para aclarar esta cuestión fue llamado a declarar el instalador de Danagas que comunicó a Eugenio Garalde que la caldera estaba en mal estado y que la colocación de otra de gas o eléctrica la debía realizar bajo la supervisión de un instalador autorizado. “Al de un tiempo me informaron que ya lo habían cambiado, que la colocó el hijo del arrendatario”. dijo.
Por otro lado, fueron llamados a declarar ocho ertzainas que participaron aquella madrugada en la instrucción de las diligencias y tomaron declaraciones a testigos. Uno de los agentes dijo que la persona que dio el aviso a SOS Deiak sobre las 3.00 de la madrugada vivía en la parte trasera de Juan de Nardiz 23, quien relató que aquella madrugada le despertó el ruido. “Nos dijo que oyó como si se rompieran azulejos. Dijo que el fuego salía de la ventana de la cocina del bar y que empezó a subir al primer piso”. Mientras, otro de los testigos explicó que escuchó explosiones que procedían del sistema eléctrico ubicado en la parte trasera del inmueble incendiado. “Nos contaron que no era la primera vez que se producían” ese tipo de explosiones, concluyó otro de los agentes.
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