Bilbao - “Ocho huchas, nos han robado ocho huchas. ¿Qué clase de desalmados pueden hacer estas cosas cuando hablamos de niños? Si se ve claramente en los botes que el dinero se destina a alimentar a los más desfavorecidos, los niños”.

Julio Piñeiro, coordinador general de La Gota de Leche de Bilbao, se lamentaba ayer del robo que ha sufrido la fundación. Desde el pasado viernes, los responsables de la Gota de Leche han echado de menos ocho huchas que tenían repartidas por diferentes establecimientos de hostelería, comercios y otros negocios de la capital vizcaina. “Me duele más que roben las huchas por los niños que si me las hubieran robado a mí”, reconoce Piñeiro.

Lo cierto es que, según comenta el coordinador de la fundación, las cámaras de seguridad de los establecimientos donde se han producido los robos han grabado a los ladrones. “Se trata de personas que van muy bien vestidas, ¡qué pena! En una grabación en concreto se ve cómo una señora coge la hucha y se la mete al bolso. Lamentable”.

La Gota de Leche reunió el pasado año 8.000 euros destinados a alimentos de primera necesidad para las vacaciones del verano del comedor San Antonio de los Franciscanos de Iralabarri.