Bilbao - Quiso asesinar a Jenny Sofía Rebollo y a Maureen Ada Otuya y puso todos los medios para hacerlo. Sin embargo, el jurado -con siete votos a favor y dos no favorables- ha considerado que Juan Carlos Aguilar, más conocido como el falso shaolín, no tuvo intención de recrearse en el sufrimiento de la segunda víctima y no la mató con saña. Tras un día y medio de deliberación el jurado popular hizo público a última hora de la tarde de ayer su veredicto, con el que ahora el juez, Manuel Ayo, establecerá el tiempo de prisión que oscilará entre 30 y 40 años para el asesino.

Por su parte, el jurado también consideró en su veredicto, por unanimidad, que el acusado dio muerte a las dos mujeres sin que tuvieran posibilidad de defenderse, lo que constituye a un delito de asesinato con alevosía. Los nueves miembros -cinco hombres y cuatro mujeres- se mostraron disconformes, en este caso también por unanimidad, con que el acusado pudiera recibir algún tipo de beneficio penitenciario durante el cumplimiento de su condena, así como la posibilidad de que solicite la concesión del indulto de las penas que le sean impuestas.

Con el veredicto del jurado se cierra uno de los juicios más mediáticos que se han desarrollado en la Audiencia Provincial de Bizkaia. Desde el pasado viernes han comparecido ante el magistrado policías, forenses y la testigo protegida que escuchó los gritos de socorro de Ada cuando intentaba escapar de manos de Aguilar. Sin embargo, las declaraciones de los forenses supusieron un duro mazazo para los amigos de la nigeriana tras escuchar que Ada Otuya no soportó un dolor “inhumano” sino el propio al de un estrangulamiento. Así lo manifestó también el Ministerio Fiscal alegando que “el sufrimiento es circunstancial a cualquier persona que muere por estrangulamiento”. Tras estas declaraciones, y en un fallido intento de mostrar lo contrario, José Miguel Fernández, abogado de la familia de la nigeriana, añadió el ensañamiento psicológico, ya que Ada podría haber visto cómo Aguilar descuartizaba a Jenny “y sabía lo que le iba a pasar”. No obstante, el jurado popular no vio signos de ensañamiento y, con siete votos favorables hacia Juan Carlos Aguilar, finalmente decidieron no acusarle de ensañamiento, lo que rebajara su pena de prisión en cinco años.

Papel del jurado Independientemente de por cuántos delitos sea condenado Aguilar, en el caso de asesinato con alevosía, el tiempo máximo de estancia en prisión no superará los 25 años. Por esta razón, las acusaciones, con el fin de incrementar su estancia en prisión añadieron el agravante de ensañamiento para que cumpliese un máximo de 30 años, aunque el juez le condenase a 45 años de pena. “Ahora se ahorrará esos cinco años”, destacó ayer Fernández. Pese a la decisión que vio la luz ayer, el abogado de la familia de Ada dijo respetar la decisión del jurado popular.

“El jurado ha tenido un papelón y les agradezco que se hayan enfrentado a él, aunque no lo comparta”, manifestó José Miguel Fernández, minutos después de la lectura del veredicto. Ahora todo queda en manos del juez y presidente de la Audiencia Provincial de Bizkaia, Manuel Ayo, quien determine los años de prisión. “Cuando nos den la sentencia, la estudiaremos y veremos si podemos recurrir”, sentenció Fernández.

Durante la lectura del veredicto, Juan Carlos Aguilar prefirió mantener los ojos cerrados, excepto en los minutos en los que hablaba el juez Ayo. “Cierra los ojos como una forma de defensa. De alguna manera si no ve, ni oye, y no emite ningún gesto, el jurado no puede apreciar si hay cosas que le repudian. Es una manera de no expresar ningún tipo de sentimiento”, dilucidó Fernández. Y también dio otra alternativa: “O está dentro de esa fantasmada que se había generado él, como si estuviese meditando como si fuese un monje shaolín...”.

Por su parte, Maite Iturrate, letrada de la acusación popular representada por la asociación Clara Campoamor, también agradeció la ardua labor del jurado asegurando que “cuando hemos llegado nos ha pedido perdón. No es fácil hacer una fundamentación jurídica y ellos no han podido hacerlo, por lo que tienen mi respeto absoluto”.

Por su parte, Jorge García, letrado de la familia de Jenny Rebollo, aseveró que “es una pena que hayan tomado esta decisión. Estoy convencido que han querido demostrar que a Ada la mataron con saña, pero no han podido. Ahora esperemos que el juez decida la pena máxima y que la cumpla”.

“Me lo esperaba” Fuera de la sala, los amigos de Ada Otuya agachaban sus miradas con resignación e intentado sacar el lado bueno de las cosas. “Por lo menos ya se ha demostrado que es un asesino y que las mató a las dos”, apuntó Edus, amigo de la nigeriana y presidente de la asociación nigeriana de Bizkaia. “Si te soy sincero, me lo esperaba, cuando escuché las declaraciones de los forenses y lo que dijo el fiscal... Nos hizo pensar lo peor aunque seguimos pensando que sí la mató con ensañamiento por todo lo que Ada sufrió. ¿Se podrá recurrir?”, se preguntaba a sí mismo. “Que cumpla el máximo posible y que no salga de ahí (de la cárcel) nunca, porque hizo sufrir a nuestra amiga, la torturó”, aseguraba otra amiga a las puertas del Palacio de Justicia. El juez dictará la sentencia previsiblemente en un par de semanas.

El juicio se celebró entre los días 17 y 22 de abril en el Palacio de Justicia de Bilbao, y a preguntas del fiscal, Aguilar reconoció, con monosílabos, los hechos relatados por el fiscal en su escrito de acusación, en el que pedía un total de 40 años de prisión por dos asesinatos con alevosía. “Sí, lo reconozco todo”, aseguró el acusado, en la frase más larga que se le ha llegado a escuchar.