Seis detenidos por secuestrar, golpear y abandonar desnudos a tres menores
Las víctimas, vecinas de Loiu, habían robado presuntamente dos plantas de marihuana en el barrio de Artabe, en Dima
BILBAO - Caminaron desnudos durante horas, desorientados y con el cuerpo dolorido por los golpes. Tres jóvenes menores de edad de Loiu fueron secuestrados, maltratados y abandonados, completamente desnudos y sin sus teléfonos móviles, cerca de las cuevas de Baltzola, en Dima, tras robar presuntamente dos plantas de marihuana y ser pillados por los propietarios. Ocurrió el sábado por la noche y desde entonces ha sido la comidilla durante las últimas horas en la pequeña localidad de Dima.
No es el único caso relacionado con la marihuana en los últimos días. Sin ir más lejos, el pasado viernes se supo que la Policía Nacional había incautado 850 plantas de marihuana en Durango y antes había habido otras redadas similares, aunque nunca se habían producido daños personales, como ocurrió el sábado.
El relato de lo ocurrido parece el guion de una película, aunque ocurrió de verdad. En torno a las 20.30 horas, los tres jóvenes se dirigieron al caserío en el que se encontraba la plantación. Según la Ertzaintza, los menores conocían bien dónde estaba la droga, por ello se acercaron hasta este caserío ubicado en Artabe donde hay siete plantaciones de marihuana. Una vez en el lugar, se dispusieron a robar dos de las siete plantas, metiendo el material en sus mochilas. Su intención era huir con lo aprehendido, pero su fechoría se vio frustrada. Fue precisamente en la huida cuando observaron cómo un vehículo todoterreno les perseguía.
Los tres jóvenes comenzaron a correr, pero uno de ellos fue atrapado e introducido a la fuerza en el interior del vehículo por los propietarios de la plantación, seis chicos de entre 20 y 25 años que se habían percatado del robo en sus propiedades. Se trata de una cuadrilla dimoztarra que dos semanas atrás había sufrido otro robo y estaba alerta.
Amenazados
Los otros dos menores lograron huir y pudieron subirse a un autobús con el que pretendían llegar de regreso a Bilbao, de donde habían partido esa misma tarde. Pero su destino finalizó en Lemoa. Cuando parecía que se encontraban a salvo de sus captores, recibieron una llamada de teléfono de su amigo en la que les indicaba que detuviesen su marcha en Lemoa, donde un turismo les esperaría. En caso de no seguir estas indicaciones, su amigo pagaría las consecuencias. Los dos menores no tuvieron otra alternativa que bajarse del autobús para proteger la integridad de su amigo que estaba retenido por los propietarios de las plantaciones.
Una vez recuperadas las mochilas de los menores donde portaban las plantas de marihuana les introdujeron en el vehículo y se dirigieron hasta las inmediaciones del caserío donde había tenido lugar el robo. Allí, también les esperaba el todoterreno del que presuntamente descendieron otros seis jóvenes con las capuchas de sus sudaderas tapando sus rostros y, entre todos, comenzaron a golpear a los menores. Los golpes continuaron e incluso en el suelo siguieron propinándoles patadas por haberles robado las dos plantas de marihuana.
Después, las víctimas fueron trasladadas en el todoterreno a la ermita de San Lorenzo donde presuntamente se produjeron nuevas agresiones, antes de que los jóvenes fueran trasladados a una zona boscosa. Allí, y ya de noche, fueron obligados a desnudarse y entregara sus captores sus teléfonos móviles con las contraseñas correspondientes. Después, presuntamente, les amenazaron de muerte con un arma de fogueo si contaban lo ocurrido.
Sin ropa, sin zapatillas y sin móviles para pedir auxilio, los menores caminaron durante horas desorientados en busca de alguien que pudiera ayudarles. Finalmente, en el camino se encontraron con un grupo de acampada, que les facilitó ropa y la posibilidad de ponerse en contacto con la Ertzaintza, que acudió al lugar de los hechos, para trasladar a las víctimas al ambulatorio de Durango. Mientras, los agentes procedieron a la detención de los jóvenes e incautaron un revólver de fogueo que habría sido utilizado en las amenazas a los menores.
La Ertzaintza continúa con la investigación abierta y no descarta realizar más detenciones.