Bilbao. Una espesa columna de humo negro y un intenso calor. Eso es lo que vieron y sintieron, a primera hora de la mañana de ayer, los vecinos del número 53 de la calle Autonomía, el edificio que se levanta quince alturas sobre un conocido supermercado en Bilbao. Un fuego "muy desarrollado", al parecer provocado por una vela, que calcinaba una vivienda mientras su propietaria, una mujer de 78 años, se esforzaba por coger aire acorralada por las llamas en el balcón del quinto piso. Los bomberos emplearon una escala para evacuar a la mujer, que fue atendida en el lugar por una crisis de ansiedad y una leve intoxicación por inhalación de humo. Además de la señora, un bombero y dos niños de corta edad tuvieron que ser atendidos por una leve intoxicación generada por el humo.
En apenas diez minutos, seis camiones de bomberos se apostaron en el lugar de los hechos para hacer frente a un fuego "intenso y desarrollado", según indicó el director de Protección Civil, Andoni Oleagordia. Los bomberos cortaron el tráfico rodado y desplegaron un amplio dispositivo con numerosos medios tanto materiales como personales como consecuencia de las características del edificio, de difícil acceso por sus quince pisos de altura, debido a la presencia de un supermercado repleto de personas en los bajos del inmueble, y por las propias características del fuego, cuyas llamas calcinaron todas las estancias de la vivienda llegando a alcanzar una temperatura de hasta 600º. La intensidad del fuego llegó a tal punto que los cascos de algunos efectivos que trataban de sofocarlo se derritieron. "Solo veíamos humo y más humo. Aunque estábamos justo debajo del piso incendiado, las llamas no llegaban a alcanzarnos, pero el calor era insoportable, como un horno", explicaron Aitor Luque y Sofian El Hayani, vecinos del cuarto piso. Finalmente, la mujer de 78 años pudo ser rescatada sin más daños que un leve intoxicación de la que fue dada de alta, al igual que uno de los bomberos de la villa. Además, un bebé de un año y una niña fueron atendidos para verificar que no habían inhalado humo. Tanto la mujer como la familia del piso inferior fueron acogidos por familiares y no fue necesario su realojo. Por otra parte, el tráfico fue restablecido a las 11.15 horas.
Momentos de tensión El resto de vecinos fue abandonando el edificio por su propio pie, aunque los bomberos solicitaron a los inquilinos de los diez pisos superiores que permanecieran en sus viviendas. Ninguno sufrió daños más allá de los materiales. "Vivimos cuatro universitarias en el piso 15. Nosotras estábamos en clase en el momento del incendio pero nuestra compañera estaba en casa. Los bomberos le recomendaron que se quedara dentro y que estuviera tranquila, que el fuego estaba controlado", afirmaron las estudiantes de Ingeniería Irene Martín e Iratxe Astarloa. Y es que, eran pocos los vecinos que habían iniciado el día a las 9.35 horas de ayer, momento en el que se originó el incendio, al parecer por una vela. Muchos inquilinos se encontraban aún en la cama cuando saltaron todas las alarmas. "Ha sido muy rápido. He olido el humo y he bajado por la escalera avisando a quienes he podido", matizó Javier, del piso 11. Una espesa columna de humo negro salía por varias ventanas de una vivienda del quinto piso. "Estaba durmiendo. Ha sido mi padre el que ha visto el humo cuando volvía a casa y me ha despertado. Ha sido todo muy rápido. Me he vestido y hemos bajado. Entonces hemos visto a los bomberos y hemos sabido que todo estaba controlado", afirmó Marta Sainz junto a su aita Jose Mari. "El humo entraba en casa por la rendija de la puerta y seguido han empezado los gritos en la escalera. Al principio, nos hemos asustado mucho porque no sabíamos dónde estaba el fuego. Hemos bajado y, al ver a los bomberos, nos hemos tranquilizado", señalaron Miguel San Cristóbal y Delia García de Andoin, del tercer piso.