BILBAO. Según ha informado hoy, a principios del presente mes de agosto, la Ertzaintza recibió una información que indicaba el posible origen ilícito de diversas joyas que habían sido vendidas, en varias jornadas, a un negocio de compra-venta de oro por un importe superior a los 10.000 euros.
El análisis de las joyas permitió a los investigadores localizar a los propietarios, de manera que al ser avisados de lo ocurrido, confirmaron que, efectivamente, habían sido sustraídas.
Se puso en marcha una investigación para identificar a la persona que las había vendido, averiguando así que se trataba de una mujer de edad avanzada que en el pasado había trabajado para la familia propietaria de las alhajas, motivo por el cual aún tenía un juego de llaves de la vivienda.
Así, a primera hora de la tarde de ayer, jueves, agentes de la Ertzaintza se personaron en el domicilio de la mujer quien, tras ser informada del motivo de la presencia de los agentes, reconoció los hechos, por lo que fue detenida acusada de un delito de hurto.