El olor de las flores no engañó a los agentes. La Policía Nacional interceptó ayer en Durango un camión procedente de Amsterdam que, además de tulipanes, transportaba 102 kilos de speed. La operación se saldó con cuatro detenidos, en otro intento frustrado de introducir droga en Bizkaia, que ya ha sido descubierta entre cargamentos de espárragos, de plátanos y hasta camuflada en un camión simulado del París Dakar.
Gracias a la incautación de ayer, la Policía Nacional evitó la puesta en circulación de 400.000 dosis de speed. El traficante, un ciudadano holandés con domicilio en Burgos, era el propietario de una empresa de logística que se dedicaba al transporte de flores desde Amsterdam hasta diferentes puntos del Estado. Las investigaciones descubrieron que el empresario había acudido a Holanda en uno de sus camiones y, ante las sospechas de que regresara con el vehículo lleno de droga, se estableció un servicio de vigilancia en la frontera de Irún.
Los agentes le siguieron hasta Durango, donde se procedió al registro del camión. El olor de los tulipanes holandeses no despistó a la Policía, que halló cuatro bolsas de viaje con 102 kilos de speed, una cantidad que equivale a 400.000 dosis. El empresario y el conductor del camión, trabajador de la compañía, fueron detenidos. Posteriormente, se realizó el registro del domicilio del propietario de la empresa de transporte, donde se arrestó a su mujer y a otro camionero que también trabajaba para la organización. La de ayer fue la incautación más importante de speed llevada a cabo por la Policía en los últimos años.
En otras operaciones llevadas a cabo recientemente en Bizkaia, los agentes han requisado cantidades importantes de otras sustancias como cocaína, éxtasis o hachís, escondidas en los lugares más insospechados como un cargamento de espárragos o un coche de rally. El método del gancho perdido evoluciona a medida que los controles policiales son más rigurosos. Esta estrategia, conocida en inglés como rip-off, consiste en introducir pequeñas cantidades de droga entre una partida mayor de mercancía legal.
De esta forma, a finales del año pasado entraron en el Puerto de Bilbao varios cientos de latas de espárragos procedentes de Perú. A primera vista, los envases sólo contenían espárragos, pero, tras un examen más exhaustivo, los agentes de la unidad de análisis de riesgo de la aduana marítima encontraron el alijo: una bolsa con 18 paquetes de cocaína. Según los agentes de la Guardia Civil, el valor de la droga incautada superaba el millón de euros en el mercado.
Mejor planeado lo tenían los falsos participantes del rally París Dakar. El pasado 9 de abril, llegó al Puerto de Bilbao un camión tuneado con la publicidad y los logotipos oficiales de la carrera de motor, disputada este año en Sudamérica. Incluso sus dos tripulantes iban vestidos con la ropa característica de los pilotos. Aparentemente, se trataba de uno de los equipos que, desde Argentina, llegaba a Europa para descansar después de la dura prueba. Pero no. En los dobles fondos del vehículo, la Policía Nacional halló 814 kilos de cocaína, que los demás miembros de la red de narcotráfico pretendían vender en Ibiza. A pesar de lo bien elaborado que estaba el plan, antes de partir hacia el París Dakar, los agentes ya habían identificado a uno de los supuestos pilotos como un responsable de la mayor red de introducción de cocaína en las Islas Pitiusas. Así, la Policía estaba alerta y pudo decomisar los 814 kilos de esta droga, además de 15.000 pastillas de éxtasis, 4,5 kilos de hachís y 47.000 euros. Todo ello escondido entre las herramientas y las ruedas de repuesto del camión.
entre los plátanos Las argucias de los camellos son innumerables. Hace unos meses, la Policía encontró 100 kilos de cocaína ocultos en el interior de varias cajas de plátanos que se iban a poner a la venta en algunos supermercados de Madrid, Cáceres y Plasencia. Aunque no todos son tan originales. El fin de semana fueron detenidos en Girona cuatro magrebíes con el coche cargado, literalmente, hasta el techo de marihuana.
Todos estos intentos de introducir droga han sido fallidos. Ni siquiera camuflarla entre tulipanes holandeses ha engañado a la Policía. Pero las sustancias narcóticas siguen entrando en Bizkaia: ¿dónde llegarán escondidas?