Localizan sin vida a un vecino de Balmaseda desaparecido el sábado

Balmaseda. Se le vio a las 11.00 horas del sábado en la oficina de Correos de la calle La Torre, muy cerca de su casa de Pandozales. Ahí se perdió su rastro. Una Brigada Móvil de Montaña de la Ertzaintza, una unidad canina llegada desde Elorrio, la DYA, la Cruz Roja, los servicios de Protección Civil de Balmaseda y Alonsotegi y 15 voluntarios del municipio peinaron desde el pasado domingo tanto los montes del entorno como el núcleo urbano de la villa, pero resultó en balde. El cuerpo sin vida de Jesús Uriarte, de 59 años, apareció sobre las 19.15 horas de ayer en un arroyo de Las Laceras, próxima al camino del Kolitza. "Ahora la autopsia deberá determinar si la muerte se ha debido a causas naturales o a un desafortunado accidente", informó el departamento de Interior del Gobierno vasco. Aunque, según la Ertzaintza, el cadáver "no muestra signos de violencia".

El fallecido sufría serios problemas de salud que obligaron a su ingreso hospitalario la víspera de su desaparición. Por eso, las esperanzas de hallarle a salvo se desvanecieron conforme pasaban las horas. Su ex mujer no escondía su incertidumbre a mediodía de ayer, tras dos agotadoras jornadas: "Lleva varios días sin tomar los medicamentos que le recetaron y, a veces, está algo desorientado". Temían que se hubiera perdido, por eso decidieron sacar el máximo rendimiento a las horas de luz. A primera hora de la mañana, buzos de la Ertzaintza inspeccionaron el río Kadagua mientras que, por la tarde, se incorporaron perros especialistas en tareas de rastreo de Elorrio, así como la DYA y la Cruz Roja, para ampliar el radio de búsqueda.

El Kolitza, las pistas forestales, los parajes de difícil acceso de los alrededores, las lonjas y portales del casco histórico y los municipios limítrofes desde Villasana de Mena a Güeñes se rastrearon a conciencia sin éxito. Sus allegados dudaban de que su débil condición física le permitiera llegar tan lejos y, por desgracia, se cumplieron sus peores presagios. El cadáver se halló en una arroyo, muy cerca de su domicilio.

El dispositivo de emergencia permaneció alerta desde que su ex esposa denunciara el domingo que llevaban dos días sin saber nada de él. "El jueves pasado se encontró mal. Acudió a Cruces y le dieron el alta. Eso sí, le recomendaron reposo, pero no hizo caso", explicó. Así, el viernes a la tarde salió a la calle sin teléfono móvil, dinero ni otras pertenencias. Varias personas aseguraron a sus familiares haberle reconocido por el municipio en las horas posteriores. Pero ya no durmió en casa. El sábado por la mañana otros testigos se cruzaron con él. "Me lo encontré sobre las ocho y me extrañó que no me saludara", apuntó uno de ellos, miembro del club de montaña que puso sus conocimientos sobre el terreno a disposición de los coordinadores el despliegue.

Además, se distribuyó por todo Enkarterri un cartel con su fotografía. Las redes sociales e internet se movilizaron al instante con el objetivo de recabar información. "Vestía camisa rosa, pantalón gris oscuro, zapatos negros y llevaba gafas", describió el jefe de Protección Civil de Balmaseda, Enrique Pastor, desde una kultur etxea convertida en centro de operaciones. Desde allí, también el alcalde, Joseba Zorrilla siguió la evolución de los acontecimientos "deseando que esto se resuelva de manera positiva". No podían imaginar que poco después se conocería la trágica noticia.

Markina-Xemein Por otra parte, el departamento de Interior del Gobierno vasco decidió ayer abandonar las labores de búsqueda del varón desaparecido el pasado jueves en Markina-Xemein tras un accidente de tráfico al no hallarse pistas sobre su paradero. "Una vez mirados los lugares donde podría estar, las batidas se suspenden hasta que haya más información", señalaron.