Bilbao
Los vecinos de Begoña han llegado al límite. Una decena de personas que antes no se conocían entre sí ha unido fuerzas por un fin común: descubrir a la persona responsable de los constantes rayones y desperfectos en sus vehículos. La impotencia ante los hechos ha llevado a los afectados a organizar guardias de vigilancia en la zona para sorprender in fraganti al vándalo. Por el momento, esperan que mediante la denuncia pública el gamberro decline en sus fechorías. Además, ocho de los vecinos cuyos vehículos resultaron dañados han interpuesto una denuncia en la comisaría de la Policía Municipal donde se les comunicó que en caso de identificar al culpable, éste deberá correr con los gastos de reparación de los vehículos.
Todo comenzó en diciembre de 2009, cuando en el grupo Begoñalde comenzaron a aparecer constantemente turismos con importantes desperfectos, rayas en la pintura y abolladuras en la chapa. No se trata de actos insignificantes, ya que el coste medio por la reparación de cada coche asciende a 2.500 euros. "Tal vez el vándalo no sea consciente de ello, pero la gracia nos va a salir muy cara", comenta Estibaliz, propietaria del primero de los vehículos dañados y vecina de la zona. Al igual que Aingeru, otro de los afectados, cuyo disgusto fue monumental cuando descubrió la pintura de su coche llena de incisiones. "Estaba claro que no era algo accidental. Las rayas eran profundas, en todas las direcciones y a ambos lados del vehículo. La pintura se caía a trozos", explica.
En las siguientes semanas, el número de turismos deteriorados fue en aumento, todos en el mismo punto de la calle, la curva de Atxeta bidea. Se trata de un tramo curvo que conecta la parte baja del grupo Begoñalde con la zona alta. Los coches deteriorados son los que estacionan en el punto exacto donde muere la acera en esta calle, a las puertas de una residencia para la tercera edad. Debido a que el enlosado finaliza ahí, los vecinos se ven obligados a bajar a la carretera para continuar su camino, ya que tampoco tienen acera en la otra parte de la calle. "Creemos que el culpable puede ser algún vecino al que le molesta que aparquemos ahí", comenta Estibaliz.
El hecho es que no está prohibido estacionar en dicho lugar, no existe línea amarilla ni se impide el paso de vehículo. "Todas las noches pasa el camión de la basura sin problemas", añade la vecina. Por este motivo, los afectados están convencidos de que el responsable de los desperfectos en los coche debe ser un viandante vecino de la zona, quien cada vez que pasa por el punto negro se encarga de dejar su singular firma en los turismos. Por ello, los propietarios, indignados y malhumorados, han denunciado los hechos ante las autoridades. Los vecinos esperan alcanzar pronto una solución. "Cuando aparezca el culpable deberá abonar el coste de la reparación de todos los coches deteriorados", explica Antonio, otro de los afectados.