El cardiólogo José Abellán fue invitado recientemente al podcast "The Wild Project" también se refirió al café, una de las bebidas más consumidas del mundo y muy arraigada en la cultura. Reconoció que “el café, guste o no, es parte de nuestra cultura y se prepara de muchísimos modos”, pero matizó que la forma de elaborarlo puede influir en sus efectos sobre la salud. Su consejo fue claro: apostar por el café filtrado.
Los beneficios del filtrado
Abellán explicó que la mayoría de estudios que señalan beneficios del café se realizan en países donde se consume como infusión filtrada, algo muy común en Centro y Sudamérica, pero menos habitual en España o Italia, donde predominan métodos como el espresso.
Según el especialista, cuando se utiliza un filtro de papel, ciertos compuestos presentes en el café que pueden resultar perjudiciales para el sistema cardiovascular quedan atrapados. Así, aunque los compuestos no anulan las propiedades positivas de la cafeína y los antioxidantes, el filtrado reduce su impacto potencial negativo.
La recomendación de Abellán se apoya también en la sencillez y bajo coste del método: “Las cafeteras de filtro cuestan cinco euros, es un filtro con agua caliente en un papel”. Aunque reconoce que el sabor puede resultar menos intenso que el espresso, subraya que sigue siendo café, con todas sus cualidades y con un perfil químico más favorable para el organismo. Se trata de un pequeño cambio de hábito que puede sumar en la prevención cardiovascular.
Que no cunda el pánico
En su intervención, el cardiólogo no quiso demonizar el café espresso ni otros métodos de preparación. Destacó que los diterpenos son solo un factor dentro del conjunto de beneficios y riesgos del café, y que la evidencia científica es clara: el consumo moderado de café está asociado a un menor riesgo de varias enfermedades crónicas.
No obstante, insistió en que, dentro de lo posible, optar por el filtrado es una manera sencilla de maximizar sus beneficios y minimizar sus posibles efectos adversos.
El café, parte esencial de muchas culturas
La historia del café se remonta al siglo XV en Etiopía y Yemen, donde se popularizó como bebida estimulante en entornos religiosos y sociales. Desde allí se expandió al mundo árabe y posteriormente a Europa, convirtiéndose en el motor de las célebres cafeterías del siglo XVII, espacios de encuentro intelectual y político. Con el tiempo, su cultivo se extendió a América y Asia, transformándose en un producto global con una enorme diversidad de preparaciones.
Hoy en día, el café no solo es una de las bebidas más consumidas del planeta, sino también un símbolo cultural y social: en Italia se asocia al espresso rápido, en Turquía a rituales tradicionales, en América Latina a la vida cotidiana de las comunidades cafeteras y en países nórdicos al consumo diario en familia o trabajo.
Así, más allá de su sabor y efectos, el café representa identidad, costumbre y tradición compartida en múltiples culturas.