Vivir con leucemia: "Cuando llega el diagnóstico piensas que es un error, que no va contigo"
La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) es un tipo de cáncer de la sangre, una neoplasia mieloproliferativa crónica que se origina y afecta en la médula ósea a las células precursoras o productoras de glóbulos rojos y blancos. Como le ocurrió a Andrea Rodrigues Lago, puede ser asintomática en sus etapas iniciales, pero puede evolucionar a complicaciones graves si no se trata adecuadamente
“Me encontraba muy cansada y agotada, pero no le daba importancia porque mi padre tenía cáncer, estaba muy pendiente de él. Además, trabajaba mucho. Pero un día me levanté y estaba afónica y, como soy educadora social, no pude ir a trabajar. Fui a mi médica de cabecera y le conté los síntomas que padecía”, relata Andrea Rodrigues Lago, paciente de Leucemia Mieloide Crónica (LMC).
Andrea explicó su testimonio en la última Jornada de Divulgación HematoAvanza, ofreciendo esperanza a todas las personas que sufren la enfermedad, “porque los espectaculares avances médicos de los últimos años han hecho que podamos llevar una vida normalizada y tener una esperanza de vida similar a otras personas que no tienen este cáncer”.
En el encuentro, organizado por laSociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), además de especialistas, también participó Mª Carmen Cano Herrero, igualmente paciente y presidenta de AELEMIC, asociación que aglutina a pacientes ofreciéndoles apoyo, información “y todo lo que puedan necesitar cuando son diagnosticados, porque es importante estar en contacto con personas que tienen lo mismo que tú, porque sufres mucha frustración, ansiedad y es importante hablar con otras personas sobre lo que te pasa”, reconoce.
Cambio genético
En la LMC se produce un cambio genético en una versión temprana (inmadura) de células mieloides (las células que producen glóbulos rojos, plaquetas, y la mayoría de los tipos de glóbulos blancos (excepto linfocitos). Este cambio origina un gen anormal llamado BCR- ABL, que convierte la célula en una célula CML. Las células leucémicas crecen y se dividen, se acumulan en la médula ósea y se extienden a la sangre.
Durante este tiempo, las células también pueden invadir otras partes del cuerpo, incluyendo el bazo. La LMC es una leucemia cuyo crecimiento es relativamente lento, pero puede transformarse en una leucemia aguda de crecimiento rápido que es difícil de tratar.
La especialista de primaria solicitó una analítica completa y nada más tenerla en su poder llamó a Andrea y, "con mucha cautela y con cariño, como la mayoría de los profesionales sanitarios que tenemos", le comentó que tenía una leucemia aguda, “que la analítica había salido muy mal y que probablemente tendrían que ingresarme” explica Andrea.
“Tenía 27 años cuando me diagnosticaron la enfermedad. En todo momento pensé que era un error, que eso no iba conmigo. Cuando la médica me comentó lo que tenía lo único que salió de mi boca fue: ¿Me tienen que trasplantar? Era lo que sabía sobre esta enfermedad, lo que había oído”, relata.
“Ya en el hospital, una hematóloga me explicó que, tras los escandalosos resultados de los análisis y aunque me encontrara bien, me ingresarían y comenzarían a hacerme pruebas y estudios hasta que dieran con lo que tenía. El resultado, que sufría una Leucemia Mieloide Crónica”.
“Intentar superarlo”
Aunque hay gente que no necesita ser ingresada, Andrea estuvo 15 días en el centro hospitalario y cuando familiares y amigos iban a visitarla siempre les decía que “las caras de tristeza no entraban en su vida; era un cáncer lo que tenía y eso siempre es un bombazo porque lo asocias a la muerte, pero hay que intentar superarlo”, añade.
Catorce años después, Andrea recuerda las primeras preguntas que le hizo a la doctora, que si la iban a trasplantar o si podría ser madre porque estaba en una edad en la que iba a comenzar mi proyecto de vida. “Claro que sí, pero tendrás que esperar a finalizar el tratamiento”, me comentó. “En mi caso, los embarazos tendrían que ser planificados, porque durante estos meses se suspendería el tratamiento”.
Los avances médicos han permitido cronificar la enfermedad
Además, me tranquilizó explicándole que actualmente había medicamentos que funcionaban muy bien para este tipo de cáncer. “En concreto, me habló de los de los inhibidores de la tirosin-cinasa (ITC), que son tratamientos que dan en la diana para controlar la enfermedad”.
Antes de la llegada de estos medicamentos, hace tan solo 25 años, los pacientes de LMC tenían un pronóstico funesto, la esperanza de vida era de tan solo 3 a 4 años. Hoy en día, el extraordinario desarrollo de estas terapias consigue que el 90% de los pacientes vean su enfermedad cronificada con calidad de vida relativamente normal.
“La relación con los médicos es fundamental para sobrellevar la enfermedad; yo tuve mucha suerte con la especialista, porque en todo momento me ayudó a afrontar los desafíos a los que tendría que hacer frente, pues aunque los tratamientos para la LCM son excelentes y en esto tenemos mucha suerte, el hecho de convivir con una enfermedad crónica merma significativamente la calidad de vida”, concluye.
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