Son muchas las personas que consumen café a diario. En el desayuno, como tentenpié a media mañana, después de la comida, en la merienda o tras la cena (en este caso mejor descafeinado), cualquier ocasión es buena para degustar un rico café.

Esta popular bebida tiene a la cafeína entre sus principales componentes y por ello debe consumirse con moderación: una persona adulta sana puede tomar hasta 400 gramos de café al día, es decir, unas cuatro tazas. La cafeína tiene un ligero efecto diurético por lo que no se acumula en el organismo y se elimina con la orina entre 3 y 6 horas después de haber sido ingerida.

Consumido en su justa medida, el café forma parte de una dieta saludable, ya que resulta muy beneficioso para nuestro organismo por su gran valor nutricional. Aportan una gran cantidad de antioxidantes (polifenoles) que protegen de la oxidación celular e impiden la acción de los radicales libres, evitando así un envejecimiento precoz.

Algunos estudios relacionan también el café con un mejor rendimiento cognitivo o con un menor riesgo de sufrir enfermedades como Parkinson o Alzheimer. Además, destacan su capacidad para quemar grasa y para proporcionar una mejor recuperación tras la práctica de ejercicio.

Por su parte, desde la estadounidense Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se considera que un consumo excesivo de café puede resultar peligroso. Entre los efectos secundarios que puede provocar figuran: dolor de cabeza, insomnio, irritabilidad, latidos acelerados, malestar estomacal, náuseas o sensación de tristeza.

Otro aspecto importante que no debemos obviar a la hora de consumir café es la ingesta de cierta medicación. Tomar ambas cosas a la vez puede hacer que algunos fármacos no se absorban bien, que pierdan su efecto o que incluso puedan resultar perjudiciales.

Estos son algunos de los medicamentos que nunca deberías mezclar con café:

1- Medicamentos para resfriados y alergias. Muchos de ellos contienen cafeína por lo que al sumarse a la del café se potenciarán sus efectos y podrían causar inquietud, insomnio o una subida de la presión arterial.

Una persona resfriada sostiene varios medicamentos.

2- Medicamentos antidiabéticos. Aunque no afecta directamente a la medicación, la cafeína puede aumentar los niveles de insulina y de azúcar en sangre.

3- Medicamentos para el asma. Los broncodilatadores administrados a la vez que el café pueden provocar dolores de cabeza o inquietud y verse reducida su absorción. En el caso de la teofilina, el café puede aumentar los efectos del fármaco y causar náuseas y palpitaciones.

4- Medicamentos antidepresivos, ansiolíticos y somníferos. Los taninos del café pueden impedir la absorción completa del fármaco por lo que se recomienda dejar dos horas entre ambas ingestas.

5- Píldoras anticonceptivas. Hacen que el organismo metabolice la cafeína más despacio lo que puede provocar nerviosismo, dolores de cabeza o ritmo cardíaco acelerado.

Varios blíster con píldoras anticonceptivas.

6- Medicamentos para la tiroides. El café impide la absorción de estos fármacos para la tiroides y reduce su eficacia.

7- Medicamentos para controlar la tensión arterial. El café aumenta la frecuencia cardíaca y puede hacer que estos medicamentos vean reducidos sus efectos.

8- Medicamentos anticoagulantes. Tomarlos con café puede retardar la coagulación de la sangre y provocar sangrado o hematomas.

Embarazadas, madres lactantes, niños o adolescentes, personas que sufran insomnio, migrañas, úlceras, arritmias o presión arterial alta deben evitar el consumo de café.

Si eres muy cafetero y no puedes vivir sin tu café, ante cualquier enfermedad que requiera tomar una medicación consulta con el especialista si puedes seguir degustándolo, si debes consumirlo con precaución o si lo más conveniente es eliminarlo de tu dieta, aunque sea durante un tiempo.