La Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid ha detectado dos fallecimientos producidos en bovinos de carne afectados por Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) y ha declarado dos nuevos focos en animales de la especie bovina en las delegaciones comarcales de agricultura de El Escorial y Torrelaguna, y un foco en animales silvestres.

Así lo han indicado a Europa Press fuentes del departamento que dirige Carlos Novillo, cuyos expertos están en contacto permanente con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, así como con los veterinarios y ganaderos de la región, para informarles de la situación y los casos detectados conforme a los métodos de muestreo y los criterios de evaluación establecidos.

Con este mismo objeto se reunieron el pasado lunes con representantes agrarios y ganaderos de GEA Madrid, UCAM, UGAMA, Asaja Madrid, UPA Madrid, y veterinarios de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera, para tratar la evolución de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, informarles de las actuaciones realizadas e indicar las directrices que deben seguir los ganaderos.

Existen 1.554 explotaciones de animales de la especie bovina en la región, con un censo total de animales de 98.672. En 56 explotaciones se ha apreciado hasta el momento sintomatología compatible con la enfermedad, con 76 animales sintomáticos notificados por veterinarios. De estos, el laboratorio central de veterinaria de Algete lo ha confirmado en 34, lo que representa un bajo porcentaje de la cabaña total.   

Transmisión por picaduras de insectos

La EHE tiene carácter vírico infeccioso no contagioso y se transmite por vectores, generalmente insectos (Culicoides spp.). Afecta a rumiantes domésticos como bovinos, ovinos y caprinos y también a cérvidos silvestres como ciervo, gamo y corzo. Se presenta como asintomática en la mayoría de los casos, o bien con sintomatología leve o moderada, según datos de la Consejería.

Los casos graves son escasos y la mortalidad muy baja, debida a consecuencias como cojeras que producen falta de movilidad, o bien dificultad para comer o beber por úlceras en la boca. No se transmite entre vaca y vaca y, sobre todo, como ya informó el Gobierno regional, no hay transmisión al ser humano ni a la cadena alimentaria.

Su período de incubación es de dos a 10 días. En el ganado vacuno puede producirse sintomatología autolimitante durante unas dos semanas (fiebre, anorexia, disfagia, inapetencia, emaciación, estomatitis ulcerosa, cojera, dificultad respiratoria, secreción nasal y eritema de la ubre).

El ganado ovino es susceptible a la infección, pero poco a la enfermedad clínica, y el caprino es muy poco susceptible a ella. Por ello, se pide a los ganaderos que extremen la vigilancia, que avisen a los veterinarios en caso de sospecha para aplicar antibióticos o antiinflamatorios y que notifiquen los casos a la Comunidad de Madrid, para su seguimiento.

Actualmente no existen vacunas autorizadas en la UE frente a esta enfermedad. Se recomienda para su control la lucha vectorial (eliminar los vectores o insectos que la transmiten), mediante el empleo de insecticidas y repelentes autorizados en animales, medios de transporte e instalaciones; también larvicidas para el control de las posibles zonas de cría, así como el tratamiento sintomático de los animales enfermos tan pronto como aparezcan los síntomas en los mismos.  

Refuerzo de la vigilancia

Pese a su escasa mortalidad, la Dirección General de Agricultura y Ganadería y Alimentación ha asegurado que está reforzando la vigilancia en las explotaciones de bovino, de forma que se identifique lo antes posible cualquier sospecha relacionada con este virus.

Se están realizando inspecciones clínicas y tomando muestras serológicas e hisopos en las instalaciones inscritas en el Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA) de los municipios cercanos a los ejemplares afectados.

Ante cualquier sospecha es esencial la comunicación de los responsables de las explotaciones a los veterinarios responsables o las agrupaciones, para su diagnóstico y, en su caso, tratamiento y notificación.

La notificación ante la detección de la sintomatología compatible con la enfermedad, además de obligatoria, es esencial para el seguimiento, evaluación y control de la misma. Además, las analíticas de diagnóstico se realizan con cargo a los presupuestos de Comunidad de Madrid.