El asma es una enfermedad respiratoria que afecta de manera directa a las personas deportivas. El pasado 2 de mayo, con motivo del Día Mundial del Asma, el Dr. Pablo Aranda, especialista en Medicina Deportiva de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, hizo hincapié en sus consecuencias en las personas deportistas. 

Bajo el lema Cuidados en el asma para todos, la iniciativa a nivel mundial de este año se ha propuesto mejorar la salud y calidad de vida de todas las personas con asma en el mundo.

Y, efectivamente, en uno de los aspectos que más repercute, es en la salud y en la calidad de vida de las personas que practican deporte de manera habitual.

A este respecto, merece la pena recordar que el asma es una enfermedad respiratoria que provoca que las vías aéreas se inflaman, pudiendo producir sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos. «El asma es el problema respiratorio más extendido y a menudo dificulta la práctica deportiva. Ello no significa que debamos renunciar al deporte de manera tajante. De hecho, muchos deportistas con asma pueden incluso competir con el entrenamiento y la medicación adecuados», resalta el Dr. Pablo Aranda, especialista en Medicina Deportiva de la Clínica IMQ Zorro-tzaurre.

Ante esta situación, no está de más conocer cuáles son los deportes más y menos adecuados para las personas con asma. Según detalla el Dr. Aranda, «cabe considerarse como mejores deportes para asmáticos la natación, el esquí de pista, el béisbol, el rugby, la gimnasia y el atletismo (carreras de velocidad, salto de vallas, etcétera)».

Por el contrario, los deportes menos recomendables para asmáticos «son los de resistencia, como correr trayectos largos y el ciclismo, así como aquellos que requieren un gasto energético importante durante un periodo de tiempo prolongado, como el fútbol y el baloncesto. Esto es especialmente relevante para las modalidades que se practican en condiciones de frío, como el esquí de travesía o el hockey sobre hielo».

La medicina deportiva, en auge 

Su crecimiento en los últimos años es indiscutible. Ha ganado relevancia y se ha abierto paso en la sociedad. Clubes de fútbol, de atletismo, baloncesto, balonmano, federaciones, deportistas de élite y aficionados de a pie recurren a estos servicios para aliviar sus dolencias o corregir sus lesiones.

Es por ello que la formación de estos especialistas está en constante evolución, adaptándose a las necesidades del deporte, cada vez más instalado en la sociedad y más exigente entre profesionales. Sin olvidarse tampoco de los adelantos, que llegan de los avances tecnológicos en diagnóstico, prevención y tratamiento de las lesiones.

Fármacos a los que recurrir

El tratamiento de base para las personas con asma es el corticoide inhalado. En función de los síntomas que vaya presentando el paciente, los especialistas se valen de los fármacos broncodilatadores, que se suman al corticoide inhalado. Para los tratamientos “de rescate”, que se emplean cuando los pacientes presentan crisis, se pueden abordar en algunos casos con la misma medicación prescrita para el tratamiento de base, pero con dosis más elevadas, para una crisis puntual. Al margen de lo anterior, se sigue disponiendo de los clásicos broncodilatadores de acción rápida y corta duración.

Inmediatamente después del uso de los inhaladores, es conveniente enjuagarse la boca con agua para evitar efectos secundarios indeseados, como la afonía o la irritación en la garganta.

A la hora de practicar deporte, «los fármacos deben administrarse antes de comenzar. Dependiendo del tipo de medicación se hace de diferente manera: los beta-agonistas inhalados de acción corta o alivio rápido se toman de 10 a 15 minutos antes del ejercicio y su efecto dura unas 4 horas» explica el Dr. Pablo Aranda. 

Por su parte, «los beta-agonistas de acción prolongada se deben usar por lo menos 30 minutos antes y pueden ayudar hasta 12 horas. No obstante, conviene tener presente que usar este medicamento todos los días lo hará menos eficaz con el tiempo», concluye el especialista.