Son tiempos de mundial de fútbol y el planeta se detiene. Las subidas importantes no son las del IPC, Euribor o el precio de la energía sino las del lateral izquierdo por la banda. La parada trascendente no es la de la economía o la guerra de Ucrania sino la del guardameta en la tanda de penaltis

Es un mundial diferente que destaca por sus extremos derechos. Extremo por su climatología, que ha obligado a un cambio en las fechas tradicionales y derechos que brillan por su ausencia.

Más allá de todas estas circunstancias, los jugadores han ultimado su preparación para llegar en su mejor momento posible. Entrenamientos concienzudos y cuidados corporales. Pero, ¿qué pasa con sus bocas?

La obtención de unos óptimos resultados deportivos depende de numerosos factores. El adecuado equilibrio a nivel del organismo, incluida la cavidad oral, sumará positivamente en este sentido. Algunos problemas orales pueden desencadenar eventos capaces de comprometer el rendimiento de los deportistas, basados en las inflamaciones sistémicas que facilitarían la afectación muscular y articular, así como en el dolor y la alteración psicoemocional que actúan claramente en detrimento de la capacidad de concentración.

Informes médicos efectuados en las olimpiadas de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, revelaron la importancia de las necesidades de intervenciones odontológicas que precisaron los atletas concentrados en la villa olímpica, representando hasta un 30% de las urgencias médicas atendidas. Una reflexión obtenida a partir de estas investigaciones supone la necesidad de incorporación de profesionales de la odontología a los equipos de preparación y cuidado de los deportistas de élite.

La relación entre un mal estado de salud oral y las lesiones deportivas clásicamente ha sido percibida con claridad por preparadores, fisioterapeutas y médicos deportivos. Del mismo modo que en otras patologías sistémicas como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares, se ha intentado demostrar el vínculo que existe entre la infección a nivel de la boca y lesiones a distancia de esta zona anatómica que presentan los pacientes.

Un mal estado de salud oral y las lesiones deportivas están relacionados. Colegio de Dentistas de Bizkaia

La hipótesis de partida representa que las bacterias y las toxinas implicadas en las infecciones orales, o bien los mediadores inflamatorios generados en respuesta a las mismas, pueden viajar a través del torrente sanguíneo asentándose y afectando a otras estructuras del organismo. Por esta vía podrían alterar las articulaciones provocando respuestas inflamatorias a este nivel y establecer modificaciones en la contracción y relajación muscular, así como en el tono fibrilar asociándose a fatiga, desgarros musculares y lesiones tendinosas.

Mientras la sensación clínica y la demostración bioquímica y fisiopatológica científicas llegan a un acuerdo, sería interesante ir anticipándose en materia preventiva. La ausencia de procesos infecciosos en la cavidad oral, mediada por adecuados cuidados odontológicos personales y profesionales, podrá constituir una herramienta muy válida en la preparación de los atletas, una más en su sacrificado esfuerzo por alcanzar nuevas metas deportivas sin que una infección en la boca les haga hincar la rodilla y abandonar sus sueños..