La Navidad es una época complicada para cuidar de la salud y sobre todo para vigilar el peso. La costumbre manda reunirse con la familia, los amigos, hacer cenas o comidas de empresa... y abusar de ese "un día es un día" que nunca termina y que puede llegar a hacernos ganar algún kilo de más.  

El problema es que este aumento de peso no se queda solo en un tema estético, sino que puede conllevar problemas de salud añadidos para personas de riesgo con ciertas enfermedades, así como con tensión alta o elevados niveles de colesterol que deberían cuidarse especialmente.  

Los ataques cardíacos y los accidentes cardiovasculares se dan en diciembre hasta un 10% más que en otros meses del año. El estrés, el alcohol, las desavenencias familiares, la sal, los azúcares o las grasas tienden a elevar la tensión durante las fiestas. Además, comer demasiado durante la Navidad puede cuadruplicar la posibilidad de tener un problema circulatorio. 

Una familia come un día de Navidad. Freepik

Después de una comida con grasas dañinas suelen elevarse los triglicéridos, que están directamente relacionados con los ataques cardíacos. Por otra parte, beber mucho alcohol puede producir arritmias y aumentar el riesgo de caídas o accidentes.

Aunque adelgazar durante las fiestas es bastante complicado, lo que sí se puede, al menos, es intentar mantener el peso. Hace falta tener mucha fuerza de voluntad durante las tres semanas que dura este periodo de “alto riesgo”, pero, de lo contrario, es posible que las pequeñas ganancias de peso se queden con nosotros y se vayan acumulando. 

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) señala que como consecuencia de las comidas y cenas navideñas engordaremos una media de 4 kilos, mientras que los expertos de Nutritienda reducen esta cifra a alrededor de 2 kilos. Estos últimos nos ofrecen diez consejos sobre cómo debemos cuidarnos durante las fiestas. Son estos:

1- Hacer más ejercicio. Es importante programar más tiempo de ejercicio en este periodo. Debemos tener presente que 20 minutos de ejercicio siempre va a ser mejor que nada.

2- No saltarse comidas. Dejar de comer porque prevemos una gran cena es un error. Eso hará que aumente la sensación de hambre y que acabemos cometiendo excesos.

3- Seguir los horarios de siempre. Tener una regularidad en las ingestas diarias garantiza que los niveles de azúcar en sangre sean estables. Si se ven muy alterados tus horarios de comida, es mejor que piques algo a la hora acostumbrada para no llegar a la mesa con un hambre voraz.

4- Dormir lo suficiente. Está demostrado que las personas que duermen poco o mal tienden a comer más. Si vas a trasnochar, échate una pequeña siesta.

5- Seguir con nuestro plan de alimentación. No hay que compensar saltándose comidas. Es decir, si prevés una cena copiosa, mantén el resto de comidas del día con normalidad, basándote en platos saludables. 

Una mesa con decoración navideña. Freepik

6- No es necesario probarlo todo. Es posible elegir entre los platos saludables y evitar los más grasos o las salsas.

7- Comer despacio. Se tardan unos 20 minutos hasta que el cerebro registra que el estómago está lleno. Si comemos rápido, no le daremos tiempo de actuar y comeremos más de la cuenta hasta sentirnos saciados. 

8- La bebida también importa. El alcohol, además de que acabará con nuestros buenos propósitos de contención en la comida, se suma a las calorías y los azúcares y además, abre el apetito. Los refrescos de cola y los zumos azucarados no son los más saludables.

9- Cuidado con los postres. Hay que intentar no excederse con los dulces y servir junto a los turrones frutas frescas para compensar tanto azúcar dañino. 

10- No acumular sobras. Es importante calcular bien para que no sobre mucho, y si sigue quedando comida, puedes regalar a los invitados las sobras de los dulces y de los alimentos que más engordan. No tenerlos en casa será la mejor forma de evitar caer en la tentación.