Nuestros pasos nos llevan al corazón de Bizkaia, lugar que hoy vamos a visitar al acercarnos a la Reserva de Urdaibai. Un enclave que se revela como un paraíso natural de indescriptible belleza, pero también como un rincón que ha seducido a la industria cinematográfica. Y es que no es para menos, pues este santuario ecológico, con sus humedales y paisajes cambiantes, se ha convertido en el testigo mudo de varias producciones audiovisuales y televisivas que han encontrado en sus rincones la atmósfera perfecta para dar vida a sus historias.

Este hecho convierte a este coto en el paraíso perfecto para planear un día inolvidable y disfrutar de su increíble belleza en la próxima visita a la que nos dirigimos.

Es indudable que desde la quietud de sus marismas hasta las verdes colinas que lo rodean, cada rincón de Urdaibai cuenta una historia única. Como consecuencia, sus localizaciones no solo han sido el telón de fondo de notables y aclamadas películas y series, sino que han adquirido por sí mismas un protagonismo propio. Lo que las ha convertido en piezas clave que han contribuido a la narrativa y la atmósfera única de cada producción que se ha rodado en sus entrañas.

La biosfera de Urdaibai destaca por sus especiales humedales. EP

La fortaleza de Rocadragón en la vida real

Por fin ha llegado el momento de acercarnos a su escarpada costa. El eco del viento que atraviesa sus cavidades cuenta que desde las más inhóspitas profundidades del océano, San Juan de Gaztelugatxe emerge como un ícono cinematográfico que trasciende las páginas de la fantasía. Un oasis idílico conocido mundialmente por sus rocosos acantilados y su pintoresca ermita, que movilizaron a miles de personas de todo el mundo atraídas por su emblemático paisaje.

Por este motivo su incalculable valor histórico y emocional lo convirtieron en la impenetrable y ficticia fortaleza de Rocadragón en la emblemática serie de Juego de Tronos. El equipo de la producción audiovisual basada en la saga literaria de George R.R. Martin eligió este enclave único para representar el hogar de la protagonista Daenerys Targaryen. 

La subida a San Juan de Gaztelugatxe consta de 241 escalones. EP

Cuando nos adentramos en la ruta hacia la ermita de San Juan de Gaztelugatxe nos damos cuenta de que es aún más legendaria de lo que parece en la serie. Como intrépidos visitantes, y sin dudar en subir los empinados escalones que serpentean la colina, no solo nos sumergimos en la historia del lugar, sino que también recreamos los pasos de aquellos personajes que marcaron el mundo del cine. Por lo que no nos extrañaría que cualquier fan se muriese de ganas por subir. Aún así, ¿te atreverías a enfrentarte a 241 escalones aunque vieras a Jon Snow asomado a las escalinatas? 

Nosotros no nos lo pensamos y es algo evidente si tenemos en cuenta la majestuosidad del paisaje, bordeado por un Atlántico que se extiende hasta donde alcanza la vista, lo que le añade un toque de autenticidad a las escenas que consiguieron cautivar a millones de personas en todo el mundo. Más allá de su papel en Juego de Tronos, este emblemático espacio se erige como un testimonio de la riqueza cultural e histórica de Euskadi, y concretamente del representativo pueblo costero al que pertenece, Bermeo

Siguiendo las huellas de ‘Presunto culpable’

Sin alejarnos mucho navegamos hacia otros enclaves costeros que han desempeñado un papel protagonista en una de las series de intriga y misterio más relevantes, Presunto Culpable. Sus espectaculares paisajes y sus peculiares localizaciones nos llevan a explorar las inquietantes conexiones que existen entre sus personajes en un entorno pintoresco que se encuentra plagado de secretos.

Nuestra primera parada nos lleva a Matxitxako. Con sus acantilados majestuosos y sus aguas tumultuosas, se convierte en un escenario emblemático que encapsula la tensión dramática de la serie. Por esto mismo, sus extensos paisajes marítimos proporcionan el telón de fondo perfecto para los giros y vueltas de una trama que se desarrolla entre la traición y la lealtad. 

Siguiendo por la zona del ballenero de Bermeo, las cámaras no pudieron evitar capturar la esencia de un lugar que se sumerge en su propia historia. Y es que sus estrechas calles empedradas y sus estructuras de época, lo convierten en un escenario auténtico que enriquece la narrativa visual de la serie. Es imposible dejar atrás sus edificios antiguos y sus muelles desgastados, pues son los testigos mudos de los oscuros secretos que la trama revela. Una villa entre mar y montaña en la que su conexión con el mar siempre ha sido su mayor orgullo.

Algunos barcos pesqueros en el puerto de Bermeo. EP

El último páramo rodeado de mar al que vamos a asomarnos hoy lleva el nombre de Mundaka. Famoso por sus olas de clase mundial, agrega una dimensión única a cualquier historia que se busque contar. Los contrastes que se revelan entre la serenidad aparente de sus playas y la intriga que envuelve a los personajes de la serie, otorgan una profundidad emocional a todas las escenas que se ruedan en este pintoresco rincón de la Reserva de Urdaibai.

La playa de Mundaka desde las alturas. EP

‘¡Viven!’ en Urdaibai

Finalizamos nuestro viaje en territorio vizcaino dejando atrás al mar y dándole la bienvenida a las montañas. A pesar de la reciente fama adquirida por la nueva película de Juan Antonio Bayona, La sociedad de la nieve, este filme de Netflix no ha sido el único que se ha rodado en el Estado español sobre la tragedia que sucedió en los Andes en 1972.

En concreto, nos referimos a nuestro Valle de Kortezubi, que se convirtió en el escenario donde la película ¡Viven! retrató con intensidad y realismo la dramática historia de supervivencia tras el accidente aéreo. De hecho, al pasear por su inmensidad podemos observar cómo posee un paisaje característico y una rica diversidad natural que proporcionan el telón de fondo ideal para recrear los desafíos extremos a los que se enfrentaron los sobrevivientes en los Andes. 

Es por esto mismo que el contraste entre la belleza natural del entorno y la historia de lucha y supervivencia acentúa la poderosa narrativa de esta película. Por lo que no podemos evitar sentirnos demasiado pequeños al pensar en cómo las montañas y los valles de Urdaibai se convierten en un testigo silencioso de la resiliencia humana, sirviendo como un recordatorio conmovedor de la capacidad del ser humano para superar adversidades en entornos impredecibles. 

Un paraje soleado de Urdaibai. EP

Por tanto, no nos extraña que el director Frank Marshall y su equipo eligieran cuidadosamente el Valle de Kortezubi para filmar algunas de las escenas más impactantes de la película. Y es que aquí, entre los frondosos bosques y las colinas ondulantes, se rigió una reproducción detallada del fuselaje del avión siniestrado, recreando fielmente la tragedia que marcó la vida de los 16 supervivientes.

Adentrarse en el corazón de Urdaibai es, en definitiva, una apuesta ideal para pasar esta Semana Santa en un enclave donde nuestros dos tesoros, el mar y la montaña, se funden en un solo paisaje que no deja indiferentes a vecinos ni a foráneos. Porque no podemos dejar de maravillarnos al observar lo bonito y mágico que ha sido, es y será por siempre, nuestro querido Urdaibai.

A TENER EN CUENTA

Algunas de las localizaciones que hemos visitado requieren de reserva de entradas para poder acceder a las mismas. Tal es el caso de San Juan de Gaztelugatxe, al que se puede acceder en transporte público desde Bermeo o Bakio. Ya que nos encontramos por la zona de Kortezubi, otros lugares que podemos visitar son el bosque pintado de Oma y las cuevas de Santimamiñe. Ambos requieren también de reserva de entradas y del cumplimiento de algunas normas para su preservación (no es posible acceder al bosque en vehículos motorizados ni fumar en el trazado marcado). Es recomendable llevar calzado cómodo y una botella de agua, ya que no hay fuentes en el recorrido. Ya que nos encontramos por la zona, otros lugares que podemos visitar son el museo de los marineros en Bermeo o la playa de Laida en Mundaka. Además, dada la cercanía con estas urbes, es posible acercarse al faro de Matxitxako en vehículo motorizado.