Primer municipio extremeño de interés en la búsqueda de residencias y ocio rural, la pequeña villa de Hervás, situada a 113 kilómetros de Cáceres y menos de 100 de Salamanca, goza de un emplazamiento paisajístico atractivo y es famosa por las calles estrechas, coloristas, floridas y bien conservadas de su judería, una de las más atractivas del Estado.

Centro administrativo y comercial de la mancomunidad del Valle de Ambroz, esta villa se separó de Béjar en el siglo XIX, siete después de su surgimiento en torno a una ermita situada en la ribera del río Santihervás aunque otras fuentes atribuyen el nombre del pueblo a la raíz latina de hierba. En el siglo XV se estableció una gran comunidad hebrea junto al río y su legado perdura aún hoy, en los entramados y edificios judíos que conforman su célebre judería.

La rotonda de acceso a la localidad extremeña de Hervás, con su nombre colorista.

De las mejores conservadas del Estado, la judería de Hervás, que ha superado el medio siglo desde su nombramiento como Conjunto Histórico Artístico, ofrece al visitante un conjunto de edificaciones de la época, conservadas, en algunos casos, tal y como se levantaron en su día en la zona baja de la villa, cerca del río. Pasear por sus calles es sumergirse en una época pasada aunque viva y real.

Sus estrechas callejuelas, con fuertes cuestas y algún pasadizo, dan lugar a grandes e irregulares manzanas, formadas por casas de adobe y madera revocadas de teja. El resultado es que casi todos los rincones resultan únicos y el conjunto, irrepetible. Destacan dos edificios: la iglesia parroquial de Santa María y la de San Juan Bautista, hoy parroquia, antes convento de los Trinitarios.

Convento e iglesia

La iglesia de San Juan Bautista, al sureste de la villa, pertenece al antiguo convento de los Padres Trinitarios que fundaron Juan López Hontineros y María López Burgalés en 1664. La fachada guarda una amplia similitud con la portada de la iglesia de San Nicolás en Valladolid, antigua de los Padres Trinitarios Descalzos. Destacan especialmente los retablos mayor y laterales del crucero, barrocos y del siglo XVIII, de excelente dorado y calidad general.

Por su parte, la iglesia de Santa María, conocida también como de Santa María de la Asunción de Aguas Vivas, está situada en el punto más alto de la villa, que ocupara por privilegio estratégico el antiguo castillo o fortaleza que acogió la villa en el pasado.

Así lo demuestran algunos restos de muralla que en parte rodean la iglesia y la zona más antigua de la torre. Sobresale por su interés artístico la portada principal, al sur, de cantería y de traza clasicista de la primera década del siglo XVII, con muchos elementos manieristas.

Además de edificios civiles como el barroco palacio de los Dávila o el Ayuntamiento, que ocupa la antigua enfermería del monasterio franciscano de la Bien Parada, si se cuenta con tiempo conviene visitar el curioso Museo de la Moto y el Coche Clásico, el primero de Europa de estas características.

Finalmente, no todo es paz y silencio, ya que Hervás ofrece una amplia oferta de actividades de ocio activo: multiaventura, arqueológicas, náuticas, culturales, ligadas a la naturaleza... Información en la oficina de turismo.